El trío de León, Dani y Tomás derrotó al de Víctor, Raúl y Carlos por 60 a 40 tantos en la final del Trofeo Superdeporte disputada ayer en el Trinquet de Pelayo que registró un buen ambiente de público. Las apuestas salieron a favor del trío encabezado por Víctor seguramente atendiendo a las referencias con las que llegaba Raúl, un «mitger» que dejaba el sello de su calidad en las recientes partidas disputadas por los trinquetes de la geografía valenciana. Pronto pudo verse que el de Godelleta no parecía el jugador resolutivo de las últimas semanas pues su pelota no tenía esa potencia necesaria para rematar cuando toca.

Por el contrario Dani se erigía en el dueño de los espacios medios, ayudado por una «punta» impecable como Tomás, que no falla una y que a la mínima remata sin piedad.Todo lo hizo a la perfección el de Xaló, un jugador que ocupó espacios impropios con una seguridad propia de un curtido campeón. Pudo jugar Dani con mucha tranquilidad y el de Benavites, maestro de las estrategias,mantiene una pegada corrosiva. No parece dispuesto Dani a ceder el lugar de privilegio que todavía luce en los trinquetes. Venció el trío que mantuvo la solvencia de principio a fin. León, por ejemplo, hizo un «dau» con mucha inteligencia pues supo anular a Raúl atendiendo a la vieja máxima de Juliet: «alt i moll». El de Genovés puso en dificultades a Víctor. Total, que con un trío muy entonado en todas sus líneas, los favoritos hicieron quedar mal a la cátedra. Hubo un momento de ciertas esperanzas para los derrotados cuando ganaron dos juegos seguidos un colocaron un 35-45. Fue el momento en que Raúl parecíó sacar algunas fuerzas de reserva.

En esos juegos de cierta intensidad se presentó un rival que de vez en cuando se empeña en aparecer en escena: la pilota de vaqueta, que con descaro y sin ruborizarse se enamoró de León, de Dani y de Tomás, de los tres, que son jugadores de buena planta, y se empeñó en castigar a sus rivales. Así es que no hubo posibilidad de remontada y la partida acabó a una decente, casi a un horario europeo. Antes de las 19 horas estábamos todos de regreso al dulce hogar.