Sentados juntos en el AVE en un ambiente distendido de regreso tras la victoria en Getafe, por la cabeza de Braulio Vázquez no pasaba que Luis Cervera le llamaría al día siguiente, mientras descansaba en su domicilio tras trabajar en la ciudad deportiva, para citarle en la sede del club y comunicarle su despido. No ha habido acuerdo en la liquidación y Braulio exigirá los 800.000 euros que figuraban en el contrato. Entrevistado por Al Jazeera, el presidente Amadeo Salvo, que meses atrás definió la gestión de Braulio como «de notable, con sólo un 12 % de error», justificaba la decisión: «Hemos perdido la confianza en él en los últimos días», indicó Salvo, que reveló que la decisión fue tomada por unanimidad por todo el consejo de administración el pasado domingo.

El cargo de director deportivo pasará a ser amortizado, por lo que no está previsto que el club realice ninguna incorporación externa de calado. En las primeras horas posteriores al despido, sonaron desde Javier Subirats nadie del club se puso en contacto con él, hasta Amedeo Carboni, Fabián Ayala y Frank Arnessen. El exjugador danés del Valencia, desvinculado del Hamburgo, coincidió como director deportivo del Chelsea con el consejero Juan Cruz Sol, al que tuvo como ojeador del club londinense en la liga.

Braulio llegó al Valencia el año 2008, de la mano de Fernando Gómez, con quien mantenía una amistad que se remontaba a 1999, cuando ambos coincidieron como jugadores en el Castellón. Tras la destitución de Fernando por parte Manuel Llorente, la relación entre ambos se rompió. Sin dejar de ocupar un cargo secundario, como el de coordinador de la secretaría técnica, Braulio pasó a comandar la política de fichajes. En cuatro temporadas el club ha invertido 99,8 millones en fichajes, una cifra inferior a la recaudada por las ventas de las grandes figuras. Entre los principales aciertos, destacan los de Roberto Soldado, Jonas, Diego Alves, Javi Fuego y Joao Pereira, mientras que en el capítulo de las decepciones figuran nombres como los de Víctor Ruiz, Piatti, Gago y Cissokho. Bajo su mando, la plantilla del Valencia ha ido rejuveneciéndose constantemente jugadores con más proyección que experiencia.

Firme defensor del fútbol asociativo y atacante que ha intentado inculcar en un club donde los éxitos han llegado con un fútbol más vertical y directo, la convulsa situación social del club en los últimos meses tampoco le ha ayudado en la planificación de la última temporada. La lenta transición directiva entre la dimisión de Manuel Llorente y la llegada al poder de Amadeo Salvo dejó en el aire algunas operaciones en marcha, como la de Iago Aspas, que acabó en el Liverpool. Iborra, Marko Marin, Vitolo y Nico Pareja, que también estaban en su agenda, acabaron por la misma razón en el Sevilla, como Tomás Pina y Giovani, que reforzaron al Villarreal.

Durante dos años Braulio, al que la presión le ha generado problemas cardíacos, defendió la incorporación de Djukic como técnico. La relación con el serbio se deterioró en las últimas semanas, según algunas fuentes, por sugerirle la titularidad de algunos jugadores, como Dani Parejo.