Adiós. Braulio ya es historia. ¿Mala o buena noticia? Pues miren, más allá de los aciertos y errores del director deportivo gallego su despido es lo normal. Es más, debió llegar antes. Justo cuando Amadeo Salvo tomó las riendas del Valencia. Braulio era una especie de regalo envenenado de Llorente a su predecesor (don Manuel le 'arregló' en el último suspiro el contrato a Braulio, blindándolo con una pasta gansa) y el puesto de máximo responsable deportivo requiere de confianza y lealtad. Es decir, a presidente nuevo director deportivo nuevo... y suyo, del nuevo presidente.

No es de locos

Ahora bien, una vez dicho esto, voy a negar la mayor sobre lo que apriori da la impresión de ser un despido enloquecido. ¿Enloquecido? Pues miren, si analizamos con calma como se produjeron los hechos el pasado lunes (y sin profundizar) el asunto parece de locos. El tema es que el Valencia ficha a un joven portugués recomendado por Braulio y apenas unos minutos después de anunciar su contratación hace público el despido de Braulio. ¿Locura transitoria? ¿Es serio este cementerio? Visto así, sin más datos que cruzar en el análisis, la verdad es que sí que da la impresión de ser un tema rarete. Ahora bien, si metemos por medio la figura del súper agente Jorge Mendes todo cobra sentido... Se lo explico.

Ni se enteró

El tema es que Braulio ni siquiera estaba informado del viaje del joven Rubén Vezo a Valencia. ¿La razón? Una muy simple. Vezo ha fichado por el Valencia 'gracias' al apoyo del fondo de inversión de Jorge Mendes... que a la vez hace las veces de intermediario. ¿Operación rara? La misma que la de Pabón. Miren, el Valencia esté pelado, eso ya lo sabemos todos. Y Salvo, en sus ganas de crecer y de ejercer de presidente con todas las de la ley (algo legítimo y hasta recomendable) ha 'abrazado' sin cortapisas la doctrina de Mendes y se ha puesto en sus manos (y en las de sus fondos de inversión) para hacer muchas más cosas que el simple fichaje de un niño portugués.

Mucho ojo

Mendes es un tiburón en el mundo del fútbol que transita por la punta de la pirámide. Es un grande, un gigante... pero tiene un peligro enorme. Hacer negocios con Mendes, hacer alguna operación con Mendes, puede ser bueno e incluso correcto. Pero ojo, no le demos a Mendes las llaves del Valencia. Si Amadeo Salvo hiciera eso sí que estaría perdido para siempre jamás. Cuando Mendes se hace con el control de un club lo exprime como una naranja y luego lo deja tirado y en segunda división. Basten los ejemplos de lo sucedido con Deportivo y Zaragoza. En resumen, si Mendes va a ser en el futuro la mano que mece la cuna del Valencia... mal vamos. Pan para hoy y hambre para mañana.