El Valladolid es un equipo que pasa por la historia de la Liga sin hacer ruido. A la suya. Normalmente, confiando en no pasar demasiados apuros. Lleva muchos años metido entre los más grandes, pero sin llamar la atención. No te das mucha cuenta si está, si ha bajado o si ha subido. Por eso, y por todo lo que está pasando por aquí, los blanquivioletas son el recipiente sobre el que se tiene que cocer el hervido valencianista.

Dicho de otra forma, la afición llegará hoy cargada de incertidumbres. ¿Será el Valencia bueno o el Valencia malo? ¿La cara A o la cara B? ¿El que se deja marcar dos goles en Suiza o el que remonta ese desastre? La cuarta posición en la liga, la que provoca que el presupuesto y la estabilidad salte o no por los aires continúa barata, mucho más de lo que podría imaginarse. Y esto provoca que, pese a haber sufrido ya dos terribles crisis de resultados en lo que se lleva de temporada (en apenas doce partidos, todo un récord), los puestos cabeceros están a pleno alcance del equipo de Djukic.

Así que, con el presidente de vuelta y la grada hecha un auténtico lío, la media tarde dominical pésimo horario para las costumbres valencianistas se presenta proclive a la emoción.

Miroslav Djukic no está para preguntarle si el de hoy es un partido «especial» o si celebrará o no los goles. Claro que lo celebrará, porque, al final, en Pucela no fue más que un temporero afortunado. Y porque bastante tiene con enderezar lo suyo.

Tras las victorias conseguidas en Getafe en liga y ante el St. Gallen en Liga Europa, dijo que el Valencia está en «un buen momento» y deben aprovecharlo para «mantener la buena racha y confirmar el buen nivel de juego». Si como buen momento se puede llamar a una remontada ante un equipo, el St. Gallen, de media table en segunda división española y una victoria en Getafe en un partido con poco lucimiento general. Pero es con lo que hay que quedarse.

«Somos un equipo ofensivo que quiere tener el balón pero debemos estar atentos y muy concentrados en defensa para evitar situación así», añadió Djukic, que cree que fue «importante» que el Valencia fuese capaz de remontar un partido, como sucedió ante el St. Gallen, y demostrar que no son «frágiles de mente».

El ahora equipo de JIM cobró en forma de partido amistoso el precipitado traslado de Djukic a su Valencia casi natal. Aprovechando el primer parón liguero, el Valencia fue allí, con pocas ganas, a vencer por 2-4 en un partido que nada tendrá que ver con éste. «El Valladolid es un rival muy difícil al que conocemos muy bien y sabemos el potencial que tiene pese a las bajas. Está muy bien organizado, toca bien el balón, se junta bien en defensa, por lo que nos espera un partido muy difícil, pero somos el Valencia y jugamos en casa. Necesitamos tres puntos y vamos a por ellos».

Es momento de reconciliarse con la plantilla. El serbio destacó que el «nivel global» de la plantilla, de la que ha dicho que en los últimos partidos «lo está haciendo muy bien, pongas a quien pongas, y eso es lo más importante» siempre y cuando no tenga que arrepentirse a las siete de la tarde de hoy.