El Villarreal CF sumó ayer un punto de prestigio ante uno de los grandes de la Liga. El único pero que se le puede poner al equipo amarillo es que solo sumara eso, un punto, ya que mereció más ante un Atlético de Madrid que sacó el máximo provecho al error de Mario en el segundo minuto del choque, en el que introdujo el balón dentro de su propia portería. Precisamente, fue también con autogol como el submarino neutralizó la ventaja rojiblanca, ya en la segunda mitad. Los de El Madrigal presentan su candidatura a Europa tras poner contra las cuerdas al conjunto que entrena Diego Simeone.

Marcelino García Toral dio continuidad al once que ganó el lunes en Elche, con solo dos cambios. Uno fue la entrada de Jonathan Pereira en la línea de ataque para suplir la ausencia del lesionado Gio dos Santos. La otra novedad llegó en el doble pivote, donde el técnico local apostó en esta ocasión por la contundencia de Tomás Pina.

El guión del partido previsto por el conjunto amarillo se truncó al segundo minuto de juego. Un centro desde la derecha de Juanfran lo introdujo en su propia meta Mario al tratar de evitar el remate de Koke. Empezaba el encuentro cuesta arriba para el submarino, que aún así pudo neutralizar la ventaja rojiblanca en la siguiente acción, pero Cani no acertó a rematar a puerta tras una gran acción de Uche.

Reaccionó con madurez el conjunto de El Madrigal, que poco a poco se hizo con el control de la pelota y llegó con peligro a la meta de Courtois. Un libre directo de Bruno, a quien le tuvieron que vendar la cabeza por una brecha en la frente, obligó al meta colchonero a estirarse para salvar el empate.

El Villarreal, fiel a su estilo, siguió intentándolo y logró poner en apuros a la defensa del Atlético. Pero era un partido vistoso y vibrante, con alternativas para ambos equipos y un juego demasiado aguerrido por momentos. El colegiado estuvo apunto de perder el control del choque, aunque las aguas volvieron a su cauce tras mostrar una cartulina para cada equipo.

Un remate de Villa a las manos de Asenjo fue una de las opciones más claras de los de Simeone, que acabaron viendo como el submarino era dueño y señor del balón en el tramo final del primer acto. Con potente disparo de Pina desde la frontal y una gran internada amarilla por la banda en el último suspiro terminó el primer acto.

A pesar del tempranero gol, el Villarreal terminó siendo mejor durante los primeros 45 minutos y el 0-1 con el que se marchó al descanso no hacía justicia a lo ofrecido por ambos equipos sobre el terreno de juego. El conjunto de Marcelino García Toral no bajó el ritmo tras el descanso y logró descomponer a su rival en el centro del campo. Solo faltaba el gol que pusiera las tablas en el marcador.

Frescura con los cambios

El técnico amarillo decidió mover ficha e introdujo un doble cambio, hombre por hombre. Trigueros sustituyó a Pina en el doble pivote y Aquino hizo lo propio con Hernán Pérez. El equipo recuperó frescura para el arreón que necesitaba hasta el final, si quería sacar algo positivo. También fue clave la entrada de un Perbet que en el minuto 78 se inventó una magnífica jugada y, tras deshacerse de los defensores, puso un centro en el corazón del área para que Uche metiera la puntera. Juanfran tocó lo justo para que el balón entrará en la portería.

El gol hacía justicia, pero el Villarreal no se conformaba con eso y buscó el segundo con tesón hasta que el colegiado señaló el final. Soberbios en defensa, los amarillos salieron desde atrás en busca de un gol que no llegó. Aún así, El Madrigal reconoció el trabajo de un equipo, que presenta sus credenciales.