Empecemos por el instante crucial. Por los penaltis. La pena máxima. El punto fatídico. Empecemos por ese instante que nos conmociona a rabiar, nos ralentiza la respiración y nos coloca a todos como espectadores de primera fila de esa especie de suerte futbolera que tiene mucho más que ver con la terrorífica ruleta rusa que con un lance deportivo. El penalti está ahí, existe, soledad para el portero y músculos agarrotados para el lanzador. Se marcan muchos „los más„ y se fallan muy pocos... pero casi siempre son estos pocos los que pasan a la historia.

Regreso al presente. Volvamos al día a día. Regresemos al Valencia. Pensemos en los dos últimos partidos. Penalti a favor ante el St. Gallen y penalti a favor en Mestalla ante el Valladolid. Jonas falla en suiza. Banega desperdicia su ocasión en el viejo coliseo. ¿Y? Pues nada... o al menos no debería significar nada. Fallar un penalti entra dentro del sueldo y jamás se le debería reprochar nada al lanzador. El penalti es como lo de tomar decisiones. Solo se equivoca el que decide... sólo falla el que los lanza.

Reunión del consejo. Lunes. Larguísima reunión del consejo del Valencia. Para decidir cosas... entre otras la del nombramiento del nuevo responsable técnico tras el vacío provocado por el despido de Braulio. El portavoz toma la palabra... como corresponde, claro. Y al ser requerido por Djukic, al ser preguntado sobre el rendimiento de Djukic y el futuro de Djukic, al portavoz no se le ocurre otra cosa que responder atizando una coz a los dos últimos jugadores que fallaron el penalti (Jonas y Banega... especialmente Banega). Dijo así: «Djukic no falla los penaltis»...y se quedó tan fresco.

Cosas de la historia. Tremendo. Lo del Valencia comienza a dar pánico. Hasta una simple exposición de un consejo de administración „algo rutinario y facilongo„ aviva las llamas de esta hoguera permanente. «Djukic no falla los penaltis»... alega el portavoz valencianí, así, sin más adorno ni mayor vergüenza. Pues miren, como la historia es generosa en anécdotas, y dado que este inicio de temporada de Djukic es incluso peor que el del pasado curso de Pellegrino, le recuerdo al portavoz y al resto de la cuadrilla que Djukic también tiró algún penalti y que Djukic también falló algún penalti. Y lo falló contra el Valencia, y al Depor le costó una liga... pero nadie en todo A Coruña osó alzar la voz en contra del único valiente que se atrevió a lanzarlo. ¡Ay portavoz... ahórrese usted esa coz! Lamentable.

Nota.- Por cierto, Pellegrino, tan parecido en muchas cosas a Djukic, creo recordar que también falló un penalti importante. El de Pellegrino nos costó la «Champions». Pero jamás hubo nadie en Valencia que se lo tirara en cara (¡faltaría más!... portavoz).