Llevamos en el valencianismo unos cuantos años, ya van para diez, debatiendo sobre la democratización del club, una idea que fue propuesta por accionistas que en 2007 formamos Savia Nova, y que aún no se ha podido llevar a cabo.Durante este tiempo se ha consolidando un clamor social... ¡¡¡Todos queremos mayor participación!!!, pero seguimos tropezando con la Fundación y la Ley de Sociedades de Capital (LSC), en la cual una acción es un voto, y no podemos obviar que esto es así por mandato legal. Evidentemente en esta contraposición de intereses existe un conflicto entre la Fundación y el valencianismo, que es preciso dar solución, para que todos los accionistas vuelvan a sentirse cómodos con los cauces de participación y valoración en la toma de decisiones presentes y futuras. No es fácil la solución, aunque la ley permite un mecanismo de consenso, y esta es la Ley 5/12 de 6 de Julio de mediación en asuntos civiles y mercantiles, en la cual las partes en conflicto (Fundación y valencianismo) se pongan en manos de un mediador de reconocida trayectoria valencianista, imparcialidad, y capacidad profesional contrastada. Este puede ser el único camino para conseguir la verdadera paz social, que sirva de base para la unión de todo el valencianismo y cerrar, una década después, el debate de la democratización. ¡Sin ello no iremos a ninguna parte! Mantenernos en la situación actual nos lleva a todo lo contrario, las decisiones únicamente provocan crispaciones, divisiones, enfrentamientos y en definitiva, un retroceso del club que finalmente repercute en todas las instancias del mismo, fundamentalmente en la deportiva. Es evidente que también subyace un conflicto, al menos latente, entre la Fundación y el sentir mayoritario del valencianismo, en conseguir un mayor grado de democratización en la elección del órgano de gobierno del VCF, y en definitiva de su Presidente. A nadie se le escapa la necesidad de ampliar la base de participación en su elección, y que ello, no sea una mera decisión del poder accionarial mayoritario que ostenta en la actualidad la Fundación. En definitiva, se debería acometer una reforma estatutaria que limite el poder accionarial de la Fundación, y rompa la regla de una acción un voto. Pero no hay que olvidar las reglas legales, que en todo caso habrán de respetarse, impuestas en la LSC, ya que el club es una SAD, y como tal tendrá que acordar la solución de consenso, dentro de las reglas del juego que la misma permita. Apelamos desde esta tribuna a la responsabilidad de la GVA, de la Fundación y de todo el valencianismo, a que a través de la mediación alcancemos un acuerdo voluntario para la democratización del club.Para ello, desde el movimiento social valencianista Valencianisme de Base, lanzamos una propuesta de mediador ideal en la persona que consideramos capaz de despertar consenso mayoritario, de reconocido prestigio profesional y relevante valencianista, que es sin duda alguna, Juan Martín Queralt. Deseamos que esta propuesta sea considerada, por ambas partes, como una alternativa a la actual situación de confrontación permanente por el bien de aficionados, accionistas y simpatizantes. Tenemos la oportunidad de conseguir que la entidad Valencia CF, de una vez por todas, sea motivo de unión y diversión, no de división y separación entre el valencianismo. Hemos de aprovecharla.