Vale. Era lo honrado. Es lo honrado. Y sirve para legitimar el mandado de Aurelio y Salvo. El regreso del aval a sus orígines (de donde jamás tendría que haber salido) cambia de nuevo las reglas del juego y vuelve a abrir un montón de incógnitas respecto al futuro de la mercantil. Dicho esto, me declaro fan del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana. Al fin y al cabo en el Valencia se había perpetrado un golpe de estado en toda regla basado en el aval de la Generalitat y una vez anulado este nada tenía legitimidad. Legimitidad moral, ética, básica para que el Valencia encarara un nuevo proyecto sin imposturas. Un aplauso, pues, al TSJCV. Con su fallo evita un montón de fallos en cadena en la línea de actuación de la mercantil.

Maniobra indigna. Miren, a mi Salvo me cae bien y en las distancias cortas gana una barbaridad. Ahora bien, he puesto (puse) en tela de juicio su papel de presidente porque estimo que en el mismo instante que el aval quedó anulado tenía que haber presentado la dimisión o cuanto menos hacer mil viajes a la Generalitat para meter presión. Ser ungido en base a nada (sin aval) era una maniobra indigna para un club con tanta historia y tradición como tiene el Valencia.

Nueva etapa. Empieza una nueva etapa gracias al TSJCV. Y esta etapa comenzó con unas palabras de Salvo a Joan Carles Martí en este diario que no tienen desperdicio. Asegura el presidente que con el aval repuesto el acuerdo de refinanciación de la deuda con Bankia es un hecho, existe, es real. Y bien, así las cosas (y como no he podido contactar con nadie de Bankia para contrastar la veracidad de las palabras de Salvo... tampoco tengo por qué dudar) la partida de ajedrez cambia de signo y ahora lo que toca es dejar trabajar a Salvo y Aurelio para que logren cumplir los tres objetivos fundamentales de la mercantil: refinanciar la deuda, acabar el estadio y crear un proyecto deportivo ilusionante. Un reto tremendo por delante con todo por construir.

Fútbol es fútbol. Los asuntos societarios son los que marcan el día a día... pero al personal, a los aficionados, a los auténticos murciélagos del escudo, lo que realmente les interesa es el proyecto deportivo. ¿Y? Pues que este no funciona. Djukic ha perdido toda autoridad en el vestuario. Así las cosas si Salvo y Aurelio ya han dado un paso con el Nou Mestalla (rebajándolo) y otro paso con Bankia (refinanciación segura...afirma Salvo) ahora solo falta que le metan mano al asunto deportivo... el que da votos... el que mueve a las masas... del que se alimentan los «dueños» de este club: los valencianistas.