Romain Sato es considerado un Dios en su país. Después de Anicet Lavodrama, también jugador de baloncesto aunque ya retirado, es el máximo exponente del deporte de la República Centroafricana. Sato, puede presumir, además, de tener en su palmares una Euroliga. Pese a ello, su gran obsesión es poder regresar un día a Bimbo. Realizar el camino de vuelta. «Estoy impaciente para que mis hijos crezcan y poder contarles cómo transcurrió mi vida en Africa y mi viaje por América y por Europa. Nunca fue sencillo, pero siempre me sentí bendecido. Estoy muy orgulloso de este sueño», en declaraciones a ACB.COM.