La San Silvestre de Valencia celebró su trigésima edición con una participación récord, tras agotarse los 15.000 dorsales disponibles, en una prueba que además de su habitual carácter festivo, este año también tuvo un componente solidario, y en la que se impusieron el marroquí Hassane Aouchar y Laura Méndez.

Aouchar, afincado en España desde hace unos años, se impuso con un tiempo de 14:17 minutos; mientras que Laura Méndez paró el crono en 16:40 minutos.

La carrera popular varió este año su punto de salida y partió de la Calle Bailén en lugar de la Plaza del Ayuntamiento, que se mantuvo como meta, lo que ha supuesto aumentar la distancia en medio kilómetro más hasta alcanzar un recorrido de 5.300 metros. De esta forma se han evitado los colapsos entre la salida de los últimos corredores y la llegada a meta de los atletas profesionales.

La prueba, en la que volvió a brillar por encima de lo deportivo el carácter lúdico y festivo, con la participación de numerosos grupos de corredores disfrazados, fue presenciada por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.

Las aportaciones de la inscripción, de un euro por participante, irán destinadas este año a la Fundación Pequeño Deseo que invertirá el dinero para respaldar y animar a niños afectados por enfermedades crónicas.