El Valencia Basket Club se adentra en una intensa recta final de curso. No solo en el plano deportivo. También en el que concierne al diseño del equipo. Hasta cinco de sus doce jugadores finalizan contrato en 2014, sin contar a Lubos Barton y Ksistof Lavrinovic, además del técnico Velimir Perasovic. Trabajo tiene por delante la secretaría técnica con las renovaciones de piezas tan importantes como el entrenador, o Justin Doellman. El club apuesta abiertamente por la continuidad de Perasovic, aunque aún no hay conversaciones formales al respecto. Sin embargo, no se abordará la situación de ningún miembro de la plantilla hasta tener claro al principal inquilino del banquillo. «Todo pasa por él», aclaraba Toni Muedra, responsable de la secretaría técnica. «No hay ideas preconcebidas, pero el proyecto lo condicionará él», insistía.

Muedra reiteraba ayer que es pronto para hablar de situaciones contractuales. «Estamos en febrero aún», explicaba. Si hay algo que está claro, sin embargo, es que Perasovic es la primera pieza del puzzle. «Su trabajo en el día a día está por encima de si no hubiéramos ganado en Oostende, o de no acabar segundos», argumentaba. Perasovic cumple a la perfección el perfil que persigue Valencia BC. El siguiente capítulo serán hombres como Doellman. El agente del estadounidense, Misko Raznatovic, ha aprovechado la Copa del Rey de Málaga para lanzar a los cuatro vientos la salida casi segura de su jugador este verano. Su cláusula de salida, baja para clubes potentes, le convierte en blanco fácil para cualquier equipo de Euroliga, destino que persigue Doellman. Aunque se le renovó el contrato en junio pasado hasta 2015, las palabras de Raznatovic, no resultan gratuitas. Muedra sostiene que es pronto para lanzar vaticinios.

Este domingo, contra el Gipuzkoa

La prioridad, ahora, es tratar de mantener la estabilidad de un grupo golpeado por las lesiones y en el que dos fichajes en los que había puestas muchas esperanzas: Vladimir Lucic y Pablo Aguilar, apenas han podido demostrar su talento. Ayer ya entrenó Lavrinovic, tras pasar los exámenes médicos. «Ya le queríamos hace dos años, y es un buen refuerzo», apuntaba Muedra. Debutará este domingo, en la pista del Gipuzkoa Basket, ante el que Velimir Perasovic no quiere excesos de confianza. «Los dos últimos partidos que hemos jugado allí los hemos perdido», recordaba ayer. «Juega muy bien colectivamente, muy fuerte sobre todo en su casa y son la tercera mejor defensa de la Liga», advertía en declaraciones facilitadas por el club.