Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Juanfran, granota y celtiña

Felip Bens

Aunos meses de cumplir los 38 Juanfran vive su tercera juventud, como central, jubilado del sacrificio que impone subir y bajar la línea de cal. Desde su atalaya opta por la colocación y la anticipación e incluso por lanzar algún balón al hueco, para que corran otros, con menos mili en las botas. Los elogios le llueven también en esta nueva posición, aunque el equipo extraña su contundencia y atrevimiento en el carril izquierdo, muy por encima de las prestaciones que ofrece Nikos. Juanfran es el superviviente de los Space Cowboys, término acuñado por Quique Victoria para referirse a la defensa de aquel Llevant 2011-12 que fue líder de 1ª: Javi Venta (35 años entonces) era Tommy Lee Jones; Ballesteros (36), Eastwood; Nano (31), Donald Sutherland; y Juanfran (35), James Garner? Cuando salte hoy al césped Juanfran se habrá enfundado la elástica blaugrana 181 veces en Liga, pero será un partido especial para él. No en balde vistió también en un centenar largo de ocasiones la zamarra celeste e integró, entre 1999 y 2004, el mejor Celta de la historia, que tocó al alimón la gloria y la miseria: llegó a octavos de Champions y cayó frente al Arsenal de Henry, Pires, Bergkamp y el exlevantinista Lauren al tiempo que esa temporada descendía a 2.ª División. El portero titular de aquel equipo era el argentino Pablo Cavallero, que recalaría en el Llevant y sería uno de los artífices del ascenso a 1.ª de 2005-06, con Mané. Pero antes del drama del descenso, Juanfran había marcado el primer gol del Celta en Champions, frente al Brujas. No contaba el del partido previo, que había anotado el zar de As Rias Baixas, Mostovoi. Años después sucedería algo similar en Orriols: Juanlu reclamó el 0-1 de Motherwell como el estreno goleador granota en competición europea, pero lo cierto es que el gol de Juanfran ante el Helsingborgs fue oficialmente el primero.

El batacazo celtiña de 2004 coincidía con la euforia que inundó las calles de Valencia tras la victoria levantina en Chapín. Desde entonces, al contrario que el Llevant, el Celta ha frecuentado más la 2.ª que la 1.ª División y la temporada pasada consiguió salvarse sobre la campana, en la última jornada, tras vencer 1-0 al Espanyol, y a costa del eterno rival, el Deportivo, que perdía 0-1 frente a la Real.

Juanfran volvió a casa en invierno, del AEK, en la temporada del centenario que se culminaría con el ascenso y la rociera que el de Barona se marcó desde el balcón del consistorio. Es, junto a Rodas y Pallardó, el superviviente de aquel Llevant que Luis García y Manolo Salvador inventaron de la nada, rocoso en defensa, asfixiante en la presión y electrizante en ataque, en las antípodas del Celta sobón que pretende forjar Luis Enrique, tan elogiado por los apóstoles del tiki-taka proletario. Luis García fue destituido esta semana en el Getafe, otro club que «bufa en caldo gelat», pero este Llevant aún lleva el sello que él le imprimió y que pulieron J. I. Martínez y el propio Caparrós. El Celta llega de la mano de Oubiña, que estuvo en la agenda levantina en diversas ocasiones, y con el exgranota Cabral en el centro de la zaga. Tras el previsible encuentro del Bernabéu, hoy empieza de verdad la lucha del Llevant por alcanzar plaza europea. Y de gestas como esta, Juanfran sabe un rato.

Compartir el artículo

stats