El Valencia fue uno de los grandes beneficiados a la larga, el efecto ha sido perjudicial de la política de Bankia de abrir el grifo de los créditos antes de su nacionalización. Así se desprende de las investigaciones que realiza la Audiencia Nacional en relación a las supuestas irregularidades del proceso de fusión del banco y de las emisiones de las preferentes realizadas por Caja Madrid y Bancaja. Los documentos que está en poder del juez, gracias a la petición de UPyD, desvelan como el banco, en plena crisis en 2011 y antes de que fuera nacionalizada por el Ministerio de Economía, decidió ir en dirección contraria al de resto de entidades financieras y prestó dinero a diestro y siniestro. Esos papeles, según informaba ayer elconfidencial.com, revelan que el Valencia recibió créditos y avales por valor de 600 millones de euros. Un dato que indican que, a la postre, el Valencia ha sido uno de sus peores clientes. De hecho, le debe 305 millones de euros, por los préstamos de la Fundación y del propio club de Mestalla. ¿Por qué tanto trato de favor? Por las repercusiones sociales de aquellas decisiones.
Las actas de la Comisión Delegada de Riesgos demuestran, efectivamente, que Bankia decidió continuar financiando al Valencia pese a las dificultades financieras en las que se encontraba tanto el banco como el equipo de fútbol. Tal como informa el medio digital, en una reunión celebrada el 30 de junio de 2011, el órgano de control aprobó la «reestructuración de la deuda asociada al proyecto del nuevo estadio» del club; la concesión de créditos de «financiación a los accionistas de la sociedad vehículo Newcoval» creada supuestamente para modificar el proyecto del nuevo Mestalla y exprimir su rentabilidad; y la «renovación de la financiación de circulante del Valencia C.F. S.A.D». Sólo en una jornada, los directivos de Bankia concedieron fondos al club por un total de 626.520.000 euros, entre préstamos, líneas de créditos y avales.
Muchas de las operaciones entre las dos partes habían sido concedidas por Bancaja que después fue absorbida por la matriz, Bankia, pero la entidad que resultó de la fusión y que instaló su base en Madrid decidió mantener su financiación con el Valencia. Es más, incluso la amplió en 2011 en aquella reunión, cuando cobró vida la operación Newcoval, por la que Bankia se quedaba con gran parte del patrimonio del Valencia a cambio de terminar el nuevo estadio y de otro crédito, eso sí, de casi 200 millones de euros. La operación, finalmente, no tuvo recorrido, pero el dinero ya había sido provisionado por el banco.
Junto a ese préstamo de 200 millones, se concedió otro de 195 millones, una línea de derivados de 29.250.000 euros, una cuenta de crédito de 35 millones, un préstamo-crédito de 40 millones a Newcoval, una línea de avales a la misma sociedad de 30 millones y una cuenta de crédito también a Newcoval de otros 43 millones. En total, 572,2 millones destinados a mercantiles vinculadas con el club de fútbol.
Ahí no terminó todo, ni mucho menos. Hubo manga ancha para financiar la debilitada economía del Valencia. Los directivos de Bankia abordaron el 30 de junio de 2011 la renovación de la financiación de circulante del club. En esta tercera etapa, el club logró una cuenta de crédito de 19 millones de euros, más distintas lineas de «confirming» un servicio de tipo financiero, también conocido como «pago confirmado de proveedores», entre ellas para las tiendas oficiales. Toda aquella información fue catalogada de «confidencial», por las connotaciones políticas y sociales que conllevaba la financiación del club que entonces presidía Manuel Llorente, que viajaba a Bankia durante sus últimos años de gestión como el que va al bar a tomarse un café. Una vez más, todos los miembros de la comisión de Riesgos respaldaron aquella decisión.
La última operación se produjo en diciembre de 2011. Se convertía a la sociedad Newcoval en la última responsable de todas las operaciones de financiación del nuevo estadio. Aquel trato a dos bandas incluía el traspaso del actual campo de Mestalla a Bankia. Antes los evidentes riesgos existentes, se mantuvo como titular al Valencia y se contaba con la garantía de abonos y derechos audiovisuales del club, que todavía no habían sido percibidos.
