Una primera mitad sobresaliente permitió al Valencia Basket sellar la eliminatoria con el Alba Berlín contra todo pronóstico. Una solidez en defensa encomiable anuló a un conjunto germano que si por algo se caracteriza es por su enorme disciplina. Sin el talento de equipos como el Khimki Moscú, o el Unics Kazan, el Alba opone siempre un férreo trabajo atrás pero que ayer ni siquiera atisbó a desplegar. Ninguneado desde el principio, sin capacidad de reacción, y con un Justin Doellman en plan ejecutor, el equipo alemán parecía una sombra de sí mismo. No es el primer adversario al que le ocurre en manos de este insaciable Valencia Basket. Inconformista siempre, desde el primero hasta el último de sus jugadores, el grupo que ha reunido Velimir Perasovic nunca arroja la toalla. Ni en la derrota, ni en la victoria. Ayer, con una renta escandalosa, jamás despegó el pie del acelerador.

Sólo una confluencia de factores en contra podría decantar esta eliminatoria del lado teutón, aunque es lógica la cautela de técnicos y jugadores. Muy mal se le han de dar las cosas a Valencia Basket esta temporada, si mantiene el nivel defensivo de ayer, para que se origine tal debacle. El Alba que pudo verse en la Fonteta fue un espectro, pese a unos primeros minutos iniciales que hacían presagiar un encuentro más abierto, más nivelado. Un espejismo, cuando en el segundo cuarto fue incapaz de neutralizar un parcial de 29-5 que le desarboló por completo. Su técnico, Sasa Obradovic, consumió todos sus tiempos muertos sin llegar a atinar con la receta para frenar a un Valencia BC eléctrico y seriamente dirigido por Van Rossom.

Un rifirrafe tremendo entre entre Hammonds y Rafa Martínez—les costó una técnica a cada uno— muy temprano anunciaba un choque intenso, dramático, de los que se resuelven por una jugada, una posesión, un rebote... Falsas impresiones iniciales. A los poco minutos, Doellman se encargaba de dinamitar cualquier previsión, dando una muestra tras otra de su talento con contInuos robos de balón y contraataques plenos de efervescencia. No desperdició ninguna ocasión que se le puso a tiro. Bajo aros, desde la línea de triples... El estadounidense necesitaba un compromiso como el de anoche para despegar de nuevo tras un pequeño bache iniciado en la Copa del Rey. Grata noticia la de su plena recuperación, cuando además tuvo que desdoblarse por la lesión de Triguero, que vuelve a dejar muy mermada la línea interior del Valencia BC. El regreso de Pablo Aguilar, aunque lejos de su mejor forma, es motivo para la esperanza. Cada partido ofrece mejores sensaciones.

«Parece una tontería pero no considero el resultado definitivo»

Velimir Perasovic no se relaja ni ganando de treinta y dos puntos, como es el caso de ayer. El técnico croata apostó, una vez más, por un discurso sosegado, alejado de triunfalismos y negó que el marcador ante el Alba Berlín sea «definitivo» . «Hemos conseguido un gran resultado ante un rival muy duro, hemos visto un juego muy duro y creo que el equipo ha sabido adaptarse a este nivel. Parece una tontería, pero no lo considero definitivo, hay otro partido y hay que jugar», manifestaba tras el partido. Perasovic incidía en los escollos que aún aguardan por delante en la competición continental, con la vuelta en Berlín la próxima semana. «En esta competición no te puedes relajar, queda muchísimo tiempo todavía, en un campo hostil y con un equipo que juega cada posesión al borde de la falta y si no respondes, te pueden comer. En el segundo cuarto hemos atacado con velocidad y ha sido determinante», explicaba. Perasovic insistía en que el Alba, pese a lo visto ayer en la Fonteta, es un equipo «muy duro». «Es un magnifico resultado, porque incluso ha habido momentos sucios», reiteraba, para acto seguido alabar la actuación de Justin Doellman, que sumó 33 puntos. «Ha sido el más acertado, pero es más importante el equipo. Ha tenido que jugar más porque Juanjo estaba muy tocado, con mucho dolor. Pablo Aguilar también ha tenido que jugar de cinco porque Bojan no ha estado en su nivel».