Sacarse un buen abono, a mejor ser en Tribuna o en Anfiteatro o en Numerada Cubierta, donde el fútbol se ve bien y huele a césped, no privarse del bocata de blanc i negre y la cervecita de rigor, realizar varios viajecitos para ver al Valencia fuera de «casa» y estrenar la última camiseta la nueva o la que rememora al mítico «Matador» son costumbres bien arraigadas entre las gentes de Mestalla. También lo es tomarse una «copa» después del partido, para debatir con los amigos, o encender el decodificador al llegar a casa para no perder detalle de la Liga. Lo dice un estudio: pese a la que está cayendo, con las cifras de paro disparadas, sin ahorros a los que echar mano en el banco, el modelo de aficionado valencianista es especialmente espléndido a la hora de invertir en su sentimiento: Es el segundo que más dinero se gasta en su equipo, sólo por detrás del hincha del todopoderoso Real Madrid, el club del mundo que más dinero invierte en venta de camisetas. El rey del merchandising. Pues bien, el valencianista es casi tan fiel, en datos económicos se refiere, como el madridista. Y está por delante, en esta particular clasificación, del Barcelona, otro de los jerarcas mundiales en ingresos por «marketing», y el Atlético de Madrid. Palabras mayores.

Según el análisis realizado por Lendico, plataforma que gestiona los préstamos entre personas, ser todo un forofo del Valencia supone un desembolso de 3.209 euros anuales, seguido por el hincha del Athletic Club, otro aficionado nada tacaño con su equipo. Cosas de los equipos románticos. El mismo desembolso que acudir 400 veces al cine durante un año, o pagarse 266 raciones de paella en los mejores restaurantes del Palmar.

Los gastos incluyen, por este orden, conceptos como el abono, las entradas de los partidos a domicilio, el transporte para acudir al estadio o para acompañar al equipo en los desplazamientos, la intendencia (la comida y los refrescos), la equipación y otros complementos de la marca (bufandas, gorras, balones, etc.) y la suscripción a la televisión de pago. El análisis excluye los torneos europeos y Copa del Rey, que incrementarían los costes.

Sólo el hincha del Real Madrid es más generoso, en este aspecto, en poco más de 400 euros. Un simpatizante «merengue» se gasta 3.464 euros de media al año, casi cuatrocientos más que el hincha del Atlético de Madrid (3.089) o del Barcelona (3.064).

En la parte baja, en último lugar, aparece el Éibar, que juega esta temporada por primera vez en la élite, con un coste medio por aficionado de 2.644 euros. El Levante UD es el penúltimo, muy cerca de otros equipos con escasa masa social como el Rayo Vallecano, Getafe, Granada, Villarreal y Almería. Llama la atención el caso del equipo de Castellón, otra vez en lucha por conseguir una plaza en la Liga de Campeones. Su aficionado se gasta menos dinero en su equipo que otros clubes menos ambiciosos como el Elche, Celta, Espanyol o Córdoba.

De media, el aficionado español desembolsa alrededor de 3.000 euros al año por apoyar a su equipo durante la temporada de Liga. En esta cifra tiene gran relevancia el precio del abono.