Vicente Cervera Chust, pelotari de Alaquàs, se despide de este deporte el próximo sábado. Nació el 11 de abril de 1969 y a edad muy temprana, con apenas 17 años, comenzó a anunciarse en el Trinquet de Torrent, su verdadera escuela. Cervera no aparece en la lista de ganadores del Circuit Profesional, ni en la del Individual y sin embargo Cervera pertenece a esa categoría de jugadores que son capaces de calar hondo entre los aficionados, de conectar con las gradas y de abrirse un hueco en la historia de este deporte.

El «trinquet» nunca se midió por estadísticas, a las que ahora somos tan aficionados, seguramente porque de algo hay que hablar o comer. El trinquet ha pagado a sus deportistas, desde que conocemos sus orígenes, por jornales. Y ese concepto tiene mucha miga. El jornal es el sueldo diario, el justo intercambio entre el «trinqueter» y quien hace posible que cada tarde se abran las gradas del trinquet: el pelotari. Cervera se ha ganado el jornal cada día que se ha anunciado. Lo hizo con un juego generoso, sin reservas, esperando llenar la libreta de fechas reservadas. Cervera pertenece a esa escasa nómina de verdaderos «escaleters», dominadores del rebote y de la estética de esta bella modalidad. Por eso Cervera siempre estuvo en las grandes competiciones y en las citas más prestigiosas durante un cuarto de siglo. Por eso alcanzó a ser seleccionado y poder disfrutar de aquel arrollador triunfo del Mundial de Argentina en el 2002. Cervera ha sido grande en la Escala i Corda, de la que ha sido uno de sus mejores profesionales, así como del frontón y de la galotxa, donde participó en sus citas más prestigiosas. En el Trofeo Moscatel era un verdadero ídolo pues lo ganó en varias ocasiones frente a las parejas y tríos más destacados. Ha ganado otros trofeos importantes, en las plazas más prestigiosas y frente a los mejores tríos y parejas. Pero sobre todo ha ganado el corazón de los aficionados. Nunca se recuerda un mal gesto de Cervera, una mala palabra, simplemente un desaire. Entre sus facetas más destacadas, la de monitor. Puede estar orgulloso de su etapa en la escuela de Godelleta de la que surgió una figura de la talla de Raúl. Por eso el próximo sábado las gradas de Pelayo despedirán como se merece a uno de los grandes.

Se ha preparado un doble cartel. En la primera, el propio homenajeado jugará acompañado de Tino contra Mezquita y Tato. Después, Genovés II y Raúl contra Soro III y Félix.