En 2006, Nicky Hayden cumplió una de las hazañas más heroicas del motociclismo, destronar al entonces invencible Valentino Rossi. La tiránica racha de cinco títulos consecutivos de 500cc/MotoGP de «Il Dottore» voló por los aires en un memorable cierre de temporada en Cheste, donde ni la «pole» salvó a Rossi de sucumbir a las desgracias mecánicas que le acompañaron todo el curso. Con solo dos victorias, Hayden inscribió su nombre en lo alto del cajón junto a leyendas norteamericanas como Kenny Roberts, Eddie Lawson o Wayne Rainey.

Casi una década más adelante, el Aspar Team del alcireño Jorge Martínez «Aspar» se planta en Austin con una baza a su favor respecto a los demás equipos: con Hayden en sus filas por segunda temporada consecutiva, el equipo será el único que corra «en casa». Literalmente, el único: no hay ningún otro piloto estadounidense más entre las tres categorías del Mundial. Un escenario desolador para la otrora fábrica de campeones de las dos ruedas, aquella que desde finales de los años 70 hasta la llegada del mítico australiano Mick Doohan en los noventa arrasó la máxima cilindrada.

Pero la carrera del propio Hayden desde entonces tampoco ha destacado. De hecho, solo comparte con su rival de 2006, el único más veterano del circuito, «la misma pasión por las motos». Mientras que hace diez días «Vale» demostraba por enésima vez su abrumadora clase con la victoria inaugural del curso, Hayden se quedó en una miserable 17º plaza, lastrado por problemas electrónicos. Su compañero, el debutante irlandés Eugene Laverty, terminó 18º. El norteamericano lleva casi una década buscando recuperar las sensaciones de su título mundialista; salvo algún destello puntual, en balde. Sin embargo, en Aspar confían en el «plus» de motivación que aportará correr ante sus compatriotas como el único superviviente de la escuela americana.

Había participado en 65 carreras cuando cruzó la bandera a cuadros del GP de Cheste de 2006. Fue, como lo define él, «un sueño hecho realidad», el momento que marcó su carrera. En Austin Hayden correrá su 200º Gran Premio, un hito solo al alcance de otros tres pilotos en la historia del campeonato. Afirma no sentirse «como si hubiera disputado 200 grandes premios». Un broche de oro para un «veterano» del que sin embargo, se sigue esperando mucho en Aspar.