Tarde de récord en la Fonteta. Valencia Basket con diecisiete triples anotados superó su marca histórica en el lanzamiento de tres puntos, e igualó la de un equipo en Liga Endesa en un el primer cuarto, para sumar una victoria más en esta temporada y asentarse en la zona noble de la clasificación y llegar con las opciones de acechar de momento la quinta plaza el próximo domingo en Badalona.

Fue además una velada de satisfacción porque por fin no hubieron lesiones. Van Rossom volvió al equipo y lo hizo a lo grande. El belga, como reconoció el técnico Carles Duran da un equilibrio importante a la rotación «taronja» y apenas se notó las semanas de inactividad tras su cuarta lesión de esta temporada.

Con más banquillo a su disposición, Lishchuk fue otra de las notas positivas del choque. El ucraniano va jugando cada vez más minutos y aunque todavía no se encuentra en plenitud de forma, su ritmo va en aumento, al margen de aportar un nivel defensivo en la pintura. El resto, salvo un gris Nedovic, ayudaron. Es la fórmula que todo entrenador desearía. Trabajo colectivo y victoria. Al final, hasta Pablo Pérez se unió a la fiesta. No va más.

Primer cuarto con ocho triples

Con la consigna de no dar ninguna opción al rival, el Valencia Basket salió muy metido al partido y respetando al máximo al rival. Con una buena intensidad defensiva y un acierto casi pleno en el lanzamiento de tres puntos, con ocho canastas desde la línea del 6,75 de nueve intentos, el conjunto de Carles Duran salvo los primeros minutos tomó la delantera en el marcador.

Era el anticipo de los nueve lanzamientos de tres que todavía tendrían que llegar. Un buen trabajo de Dubljevic tanto en defensa como en ataque, unido a la esperada vuelta de Van Rossom, que nada más salir a la pista anotó cinco puntos, hicieron que los valencianos se escaparan por encima de los diez puntos de renta (22-10). Carles Duran, con la única baja de Aguilar, optó por dar confianza a Lishchuk. El ucraniano sigue cogiendo forma y aportó su granito de arena para llegar al final del primer cuarto con una ventaja importante (34-18).

Desaparecidos los dos referentes donostiarras, Díez y Doblas, el Valencia Basket siguió con un ritmo de vértigo y superando en todo a los de Ponsarnau para dispararse con la máxima renta hasta el momento (45-23). Solo los puntos de Huertas y Hanley maquillaron un poco el electrónico aunque con una desventaja considerable para los suyos al finalizar el primer tiempo (55-37).

En la reanudación, el Valencia Basket alcanzó su tope de renta, alcanzada posteriormente, y que llegó a los veintitrés puntos (68-54) tras dos tiros libres de Lucic. Un parcial de 0-9 de los vascos fue frenado por otro de 7-0 de los «taronja». No era el día para las sorpresas.

Triple «récord» de Pablo Pérez

En un partido cómodo en el marcador y con la victoria en el bolsillo, el Valencia Basket trató de que la grada siguiera disfrutando. Se superó la barrera de los cien puntos en nueve (cuarta mejor marca en la Fonteta) y Pablo Pérez tuvo el mejor premio a su trabajo con el primer equipo y el epílogo deseado con el decimoséptimo triple, cifra récord en la historia del club «taronja».

Ahora, se abre una semana ilusionante con un duelo importante, que no definitivo, en Badalona. Pablo Aguilar, es el único que queda por volver. El jugador granadino sigue trabajando bien aunque sus dudas y el miedo a recaer juegan en su contra. Llegue o no, no se quieren correr riesgos. Es lo lógico. Con dos victorias consecutivas, el Valencia Basket llega de nuevo henchido de moral y con la confianza suficiente para extender su buena racha en este mes de abril. Que siga por mucho tiempo.