El Barcelona reforzó su liderato con la laboriosa victoria conseguida ante el Valencia (2-0) en una palpable demostración de capacidad de sufrimiento para mantener a raya al Real Madrid, que salió airoso de la dura visita del Málaga (3-1) a costa de dos lesionados de renombre: el galés Gareth Bale y, sobre todo, el croata Luka Modric.

El tramo final del curso alimenta la tensión en cada envite. El margen de error es menor. Mientras el Barcelona y el Real Madrid pujan por el liderato, el Atlético Madrid y el Valencia pelean por el tercer puesto. Salió rentable la sesión para el conjunto de Diego Pablo Simeone, que ganó en Coruña (1-2) y deja atrás a su perseguidor.

Las fuerzas están contadas para el Barcelona, el Real Madrid y el Atlético, que reparten sus estrategias entre la competición continental y la doméstica. Con la vista puesta en el desenlace de la Liga de Campeones, la terna cabecera del fútbol español padeció un nuevo trance a falta, para ellos, de seis jornadas para el cierre.

La sesión se abrió en Camp Nou. Tembló ante la sacudida valenciana. Un gol de Luis Suárez a los 55 segundos y otro de Messi, en la última jugada del tiempo añadido, permitieron al Barcelona sumar los tres puntos ante un gran Valencia, que dio una lección magistral en la primera media hora de partido y encogió el corazón de los más de 92.000 aficionados culés que acudieron hoy a arropar a su equipo.

En pocas ocasiones el cuadro valencianisa, osado y atrevido en su planteamiento, dispondrá de tantas opciones de gol como las que encontró este sábado. Incluso falló un penalti. El chileno Claudio Bravo amarró un lanzamiento desde los once metros de Dani Parejo que hubiera supuesto el empate a un gol y hubiera premiado el esfuerzo sin fin del equipo de Nuno Espirito Santo.

El Barcelona cerró el choque, se aseguró, como mínimo, los dos puntos de renta respecto al Real Madrid, con una jornada menos por disputar. Un paso más hacia el trofeo y la mente puesta en Europa, donde tiene a tiro el pase a semifinales después de culminar su eliminatoria de cuartos ante el Paris Saint Germain.

Cumplió el Barcelona y cumplió el Real Madrid. Sufrió el conjunto azulgrana y padeció el cuadro blanco, que sigue enganchado a la lucha por el título con un laborioso triunfo ante el Málaga (3-1), de alta factura por las lesiones de Gareth Bale y Luka Modric para el duelo a vida o muerte de Liga de Campeones ante el Atlético de Madrid.

El buen nivel que dieron las rotaciones la pasada jornada liguera ante el Eibar no empujaron a Carlo Ancelotti a medir esfuerzos. Lo pagó caro. No se cumplían los tres minutos cuando Bale quedaba tendido sobre el césped. Pinchazo en el gemelo izquierdo y cambio. El derbi vital de 'Champions' en la mente de todos. Aún más cuando Modric se retiró cojeando, con la rodilla derecha encendiendo las luces de alarma del Santiago Bernabéu.

Sergio Ramos, en posición dudosa, derribó la resistencia del Málaga, que no renunció nunca, con buen fútbol, a arañar algo del Bernabeu. Desechó un par de ocasiones claras y el colombiano James Rodríguez, de las mejores noticias del Real Madrid actual, apareció para firmar el segundo después de provocar un penalti que Cristiano Ronaldo lanzó al palo.

Juanmi devolvió la zozobra a la grada al acortar distancias. El equipo de Ancelotti no encontró el sosiego hasta el tramo final, cuando Ronaldo sentenció y hundió las esperanzas malagueñas.

Para entonces el Atlético Madrid ya había hecho lo suyo. Ganó sin aspavientos pero con solvencia al Deportivo en Riazor. El cuadro rojiblanco se aferra a la tercera plaza y contempla con expectativas su aventura europea.

Dos nuevos goles del francés Antoine Griezmann, en veinte minutos, proporcionaron los tres puntos al Atlético y dejó malherido a su rival. Objetivos diferentes para los blanquiazules y los rojiblancos antes del partido. Los locales con la mente puesta en salir de la zona baja y continuar en la Liga BBVA y los visitantes centrados en aprovechar el pinchazo del Valencia en el Camp Nou para afianzarse como tercer clasificado y mirando de reojo la vuelta de la Liga de Campeones, en el Santiago Bernabéu, lo que propició cinco cambios en su once titular.

Aritz Aduriz reenvió al Athletic a la senda de la victoria. Después de tres jornadas sin ganar, el conjunto vasco aprovechó sus opciones para ventilar el compromiso ante el Getafe en San Mamés y sumar tres puntos (4-0).

El Villarreal se estanca

El Sevilla desperdició la oportunidad de igualar a puntos con el Valencia en su pulso por la cuarta plaza, al empatar en su visita a un Granada que quiere aferrarse a sus opciones de salvación, mientras que el Villarreal no rompió su mala dinámica y ya suma seis sin vencer.

Salvo el Almería, que regresó en Vallecas a esa imagen de indolencia que provocó la destitución de Juan Ignacio Martínez, el resto de integrantes de la zona de descenso lucharon hasta el último segundo por sumar un punto.

Lo consiguió el Granada, con su central Diego Mainz como protagonista en las dos porterías. Alimentó la esperanza de salvación con un testarazo a un saque de esquina pero cuando llegó la reacción del Sevilla, empujó a su propia portería un centro envenenado de Aleix Vidal (1-1).

Mantiene los once puntos de distancia con un Villarreal que ha perdido su pegada. Sólo un tanto a favor en las seis últimas jornadas en las que no ha sumado un triunfo. Más no pudo hacer para derrotar al Córdoba. Primero el travesaño, que repelió dos potentes disparos en el primer acto, y las continuas paradas del portero Juan Carlos Martín en el segundo provocaron el empate sin goles.

De poco le sirve el punto a un Córdoba que ya está obligado a sumar de tres en tres. Ve la salvación a ocho puntos de distancia a falta de seis jornadas para la conclusión del campeonato. Tras puntuar en sus dos últimas salidas necesita saborear un triunfo que no firma desde el 12 de enero.

No sale de la zona de descenso el Almería, que tenía la oportunidad de aprovechar la derrota del Deportivo de la Coruña, pero fue derrotado con claridad por un Rayo Vallecano que selló su permanencia en la Liga BBVA una temporada más (2-0).

El Celta de Vigo que conquistó Ipurua con mucho oficio para sellar también su permanencia e impedir al Eibar dar el paso que necesita hacia la tranquilidad. Pudo vencer por mayor diferencia, pero le bastó un tanto de penalti de Nolito (1-0) para asaltar la novena plaza de la clasificación.