El japonés Kei Nishikori se proclamó por segundo año consecutivo campeón del Trofeo Conde de Godó tras derrotar al valenciano Pablo Andújar, por un doble 6-4, en una hora y 34 minutos de partido. Un «break» en el último juego de cada set le sirvió al número 5 del mundo para retener la corona del abierto barcelonés, ante un Andújar que volvió a hacer un partido notable, como el sábado ante David Ferrer, pero al que le faltó el acierto que tuvo su rival en los momentos decisivos del choque. La derrota de Andújar no fue muy dolorosa, teniendo en cuenta que su progreso hasta la final le servirá estos días para subir unos cuantos puestos en la ATP. Antes del torneo ocupaba el número 66.

El guión de la final escribió dos sets prácticamente calcados. En ambos, Andújar se adelantó rompiendo el saque de su adversario y los dos acabaron del mismo modo: con un segundo «break» de Nishikori cuando mejor estaba jugando el español. En el primer set, a la rotura inicial de Andújar respondió el de Shimane recuperando el «break» en blanco, pero el manchego afincado en Valencia, número 66 del ránking mundial, no se arrugó.

Como en la semifinal contra Ferrer, no se dejó dominar desde el fondo de la pista, rompiendo el ritmo a su rival con alguna dejada, atacando con su revés paralelo y subiendo a la red a la menor ocasión. Mantuvo el pulso con Nishikori hasta el 5-4, pero entonces perdió su servicio tras jugar una bola de rotura de forma muy conservadora que el japonés no perdonó. Sin embargo, Andújar no acusó en absoluto la pérdida de esa primera manga. Amenazaba lluvia en la pista central, pero el valenciano no tenía intención de que el partido acabase pronto.

Tras ganar el primer set, Nishikori, mucho más habituado a este tipo de situaciones „jugaba la decimoquinta final de su carrera mientras que Andújar se estrenaba en una última ronda de un Open 500„ no perdonó. Un resto ganador sobre el segundo saque del español daba la victoria al de Shimane y su segundo título en Barcelona, más celebrado por Nishikori que el del año pasado ante el colombiano Santiago Giraldo, quizá porque había sido más difícil que el de 2014.