El Valencia Basket dio ayer un paso de gigante hacia las semifinales de la Liga ACB. O lo que es lo mismo: se marcó una zancada kilométrica hacia la próxima edición de la Euroliga. Con una actuación fundamentada en el colectivo, el equipo de Carles Duran se estrenó en el «play-off» con una victoria categórica en la cancha del Bilbao Basket y se apodera del factor cancha. Después de una temporada marcada por la irregularidad, de repente tiene la oportunidad de colarse entre los cuatro mejores equipos de la Liga. Lo hará si gana a los vizcaínos mañana (18.15 horas) en La Fonteta, que ya se viste con sus mejores galas. Si pierde, aún le quedará el margen de otro partido en Bilbao.

Tras sobrevivir a un inicio errático, el Valencia BC le dio un giro al partido (35-31, min. 17) con la febril reacción de Kresimir Loncar a un placaje de Williams. El pívot se enfadó, hizo aspavientos a la grada y el equipo se vino arriba. Ya sólo tuvo que superar un bache en el tercer cuarto. Fue un triunfo basado en la fe y en el corporativismo, dos valores esenciales a estas alturas de la temporada. Duran tiró del fondo de armario con un éxito rotundo en el momento decisivo, con Pau Ribas marcando el paso. Hay licencia para todo.