Los malos augurios se confirmaron ayer para el Valencia Basket. El equipo de Carles Duran pierde a Pau Ribas y a Kresimir Loncar, dos de sus piezas fundamentales, para lo que resta de temporada en el caso del primero y para al menos los dos próximos partidos en lo que respecta al catalán. El pívot ya no volverá a saltar la cancha, sea cual sea el futuro del equipo en las eliminatorias por el título, mientras que el alero tiene remotas posibilidades de recuperarse para el encuentro de la Fonteta del próximo martes (21 horas), el tercero de las semifinales ante el Real Madrid. La derrota (81-71) en el Barclaycard Center el pasado jueves ha resultado ser muy cara para el conjunto «taronja» en varios frentes. Llegará con un lastre imprevisto a la segunda cita, en la que está obligado a competir por la victoria para no quedarse al borde del precipicio. Una nueva derrota le obligaría a ganar el martes para no despedirse de la temporada.

Las pruebas médicas confirmaron las sospechas del cuerpo médico del Valencia Basket al término del partido. «Está mal. Es grave», advirtió Duran en la sala de prensa minutos después. El pívot sufre una rotura fibrilar en el ligamento interno de la rodilla izquierda. Podría haber sido mucho peor, por lo que la noticia fue acogida con una suave resignación en el seno del equipo. Su baja estimada es de seis semanas, por lo que la recuperación de Loncar se producirá durante las vacaciones. Su lesión se produjo en los últimos minutos, al caer sobre su pierna todo el peso de su compañero Van Rossom .

Menos grave es la situación de Pau Ribas. Las imágenes radiológicas revelaron ayer que sufre una microrrotura en los isquios de la pierna derecha. Suficiente para dejarlo fuera en el encuentro de mañana en Madrid y, casi seguro, para el siguiente compromiso, en la Fonteta. Sólo si se disputase un cuarto y un quinto encuentro frente al conjunto de Pablo Laso, podría volver a la cancha antes de final de temporada. Y estaría listo, por supuesto, para una hipotética final en caso de una remontada en la eliminatoria ante el Madrid.

Las dos ausencias suponen un duro golpe para la estabilidad del Valencia BC en el momento decisivo del ejercicio. La disposición de toda la plantilla y el rendimiento grupal del equipo fueron las bases del éxito del grupo de Duran en los cuartos de final ante el Dominion Bilbao. Y de la prometedora actuación durante gran parte del choque ante el Madrid, en el que el Valencia BC compitió por la victoria hasta la mitad del último cuarto.