Este fin de semana he disputado mi última carrera con Althea Racing en el Mundial de Superbike. Una decisión con la que las dos partes hemos estado de acuerdo y que, como entenderéis, no ha sido nada fácil de tomar.

Llegar a Superbike fue para mí un subidón. El poco tiempo que he estado en este campeonato me ha permitido conocer una competición fantástica, además de a un equipo de trabajo muy bueno y profesional.

Tanto a ellos como a todas las personas que me han ayudado y apoyado quiero darles las gracias ya que cuando me subí por primera vez a mi Ducati me sentí muy feliz. Estaba recuperando mis sensaciones como piloto después de un año muy complicado.

El salto a Moto2 no fue fácil, aunque con mucho trabajo, como he hecho siempre, fui capaz de sacar adelante el reto. A finales de 2012 ya vi los resultados y en 2013, un año muy difícil técnicamente, llegaron las victorias que me permitieron soñar con un gran 2014. Pero todo salió al revés.

Físicamente no me encontré bien y tampoco pude encontrar mis sensaciones en la pista. Fue por eso por lo que con el apoyo de mi equipo decidí parar temporalmente para tratar de encontrar la solución a mis problemas, sobre todo en la parte física.

En una parte lo logré, aunque no en mi rendimiento con la moto. Opté por un cambio de aires y, como he dicho, aparentemente empezó a funcionar. Pero todo esto no se concretó. Caídas, una lesión que me hizo pasar un mes sin poder entrenar y una situación deportiva que cada día me pesaba más, frustrado por encontrarme lejos de los puestos en los que quiero estar.

No quiero engañar a nadie. El primer decepcionado por mis resultados he sido yo mismo. No me gusta verme donde estoy y sé que no es justo tampoco ni para el equipo ni incluso para la gente que trabaja conmigo.

Así que he tomado la decisión de parar y reflexionar. Sinceramente, no sé a dónde me llevará esto. Dentro de mí sigo deseando disfrutar con una profesión que me ha dado muchísimo.

Mi sueño es volver a sentir las sensaciones que he sentido sobre una moto, y que me han llevado a sentirme orgulloso con mis logros. Pero tengo que ser sincero y parar para volver a encontrarme con Nico Terol.

No sé cuánto tiempo me llevará o si lo conseguiré. Aunque, como siempre, mi empeño es el de trabajar tan duro como sé para volver a subirme a una moto para disfrutar del mejor deporte del mundo. Gracias por vuestra comprensión y por vuestro apoyo.