La llegada de Kiko Casilla al Real Madrid es la culminación del ascenso de un guardameta criado en las categorías inferiores del club blanco, pero que tuvo que labrarse un futuro en otros equipos.

El meta tarraconense, de 28 años, se ha aferrado a una oportunidad irrechazable. Una ocasión de demostrar al fútbol español y europeo por qué Vicente del Bosque ha contado con él en la absoluta, y también de constatar que valieron la pena tres años de cesiones al Cartagena (2008-10) y al Cádiz (2009-10), en Segunda. En sus últimos cinco temporadas, ha militado en el Espanyol.

Casilla ha confirmado que militará en el club blanco las próximas cinco temporadas y que tratará de aprovechar "lo mejor posible" una "oportunidad única", además de asegurar que está "bastante acostumbrado" a que le miren "con lupa" y que eso hará más llevadera la presión que supone jugar en el conjunto madridista.

"Es un momento difícil después de todo el mundo, me voy de un club al que amo, pero la oportunidad de fichar por el Real Madrid era única y la quería aprovechar. Le pedí al 'presi' que hiciese todo lo posible. Le pido a la gente que entienda mi situación, que es una oportunidad única. Siempre seré un 'perico' allá donde vaya", declaró en su rueda de prensa de despedida en el Power8 Stadium.

El guardameta catalán se mostró exultante con su incorporación al cuadro de Rafa Benítez, con el que todavía no ha hablado. "Se abre una nueva etapa y espero aprovecharla lo mejor posible", dijo. "Estoy muy feliz y contento de firmar por Real Madrid, es un tren que pasa una vez y lo quiero disfrutar", expresó