La Volta a Peu a Gilet vivió este fin de semana su edición número 33. Eso significa que es una carrera con solera. Y que, en un fin de semana veraniego, donde la oferta de atletismo popular es abundante, reunir en la meta a 622 corredores, sin pertenecer a ningún gran circuito, singifica que está entre las grandes del calendario estival. Hubo épocas en que la participación era mayor, sobre los mil corredores, pero por entonces no se celebraban tantas carreras. La dispersion es, ahora, mucho mayor. Pero aún así, la organización pudo colgar el cartel de «Inscripciones agotadas», las 800 que había ofertado y que, asombrosamente, eran gratuitas. No quedan prácticamente ya pruebas en las que se pueda correr «por la patilla».

El corredor que acude a Gilet sabe a lo que se enfrenta. Es una carrera dura porque casi la mitad de la misma es cuesta arriba, con unos porcentajes no muy habituales. Afortunadamente para el corredor, el esfuerzo se hace al inicio de la prueba, cuando las energías todavía están frescas. Así, el pelotón sale de la población en dirección al monasterio de Santo Espíritu „tantas veces ruta ideal para ciclistas„, lo rebasa y se adentra aún más arriba por caminos de tierra. A partir de ahí, la carrera se convierte en una alocada carrera cuesta abajo donde puedes ir controlando o sin frenos. Al regreso a Gilet, el relieve llanea en el último kilómetro para regresar a la plaza de la Estrella, desde la que se salió. Una prueba muy interesante sobre todo para el corredor del «cap i casal», poco habituado a las cuestas largas.

En la meta, la victoria sonrió al dorsal número uno, al máximo favorito. Un veterano conocido del pelotón popular: Hicham Ettaichmi entró el primero en meta con un tiempo de 30,54 para los nueve kilómetros de recorrido. A más de medio minuto del marroquí del CA Massamagrell llegó Celestino Fernández. En categoría femenina ganó Dori Iniesta, que entró en el puesto 59 de la general, con poco más de un minuto de ventaja sobre Carmen Amaro, del Redolat Team.

Gilet es un lugar demasiado tentador para el «running» como para que ésta sea la única oferta. En octubre llega la «Volta al Terme», en este caso como trail, con distancia larga y corta. Y en diciembre se celebra una de las San Silvestre más cortas del calendario.