A sus 35 años, Rubén Plaza vive uno de sus momentos deportivos más dulces. El gran Tour que realizó ha hecho que se planteee continuar «dos o tres años más» en la élite. Él, que ya tiene en su gimnasio de Ibi un «plan B» para cuando se retire, lamenta el estado de abandono del ciclismo de base y espera poder ayudar a formar a los chavales. Además, denuncia las críticas de los aficionados a Froome, que vivió en persona cuando subía junto a él los puertos de la ronda francesa.
Viene de hacer el mejor Tour de Francia de su vida, con victoria de etapa incluida. ¿Qué sensaciones le quedan ahora?
Para mi fue mi mejor competición a nivel profesional. Pero no he tenido mucho tiempo para saborearlo porque solo volví un par de semanas a casa, y luego otra vez a entrenar y a la rutina. Pero muy satisfecho por la victoria, fue una experiencia muy bonita.
Durante gran parte del Tour estuvo en la parte trasera de la general, pero acabó el 30. ¿Se tomó la primera semana con calma, o fue algo fortuito?
Mi trabajo en este Tour era de cara a la segunda parte. Debía llegar a la montaña en forma y ayudar a Rui Costa a acabar entre los diez primeros de la general. Pero al retiarse él, tuvimos que replantearlo todo y pelear por cojer escapadas.
Era su primer Tour con Lampre tras varios años en Movistar. ¿Qué diferencias sintió?
Es distinto cuando corres teniendo a un corredor con opciones de ganar, a cuando lo haces con uno que aspira a un «top ten». En Movistar había que estar más cerca del líder. En Lampre corremos más a verlas venir. Hay menos presión en el día a día.
Llega ya casi la Vuelta. ¿Qué objetivos tiene?
No me lo he planteado todavía. Lo primero es ver qué quiere el equipo, si vamos a ir con un líder como Rui Costa, si voy a ser yo el líder incluso... Intentaré estar bien metido en las primeras etapas. Eso es lo que más me cuesta, estar ahí cuando hay más peligro. Luego, si no he perdido mucho tiempo, intentaré estar delante, y si lo he perdido, olvidarme de la general y esperar al tramo final.
Tras varios años de ausencia, la Vuelta vuelve a la Comunitat Valenciana. Tendrá ganas de correr cerca de casa...
Claro, además llevo desde 2010 sin correrla. Será una gran Vuelta. Después de hacer el Tour es complicado física y psicológicamente recuperarte bien, pero todos los españoles tenemos una gran motivación. Para mí, que vuelva a pasar por casa, y con un final bastante bonito, es una de las cosas que consiguen que retomes con más ilusión la rutina de trabajo.
¿Qué puede contar de esa subida inédita a Benitatxell?
Pues la verdad es que poco porque no la conozco en persona. Rafa Valls, que sí ha estado allí, me ha contado que es bastante dura. Está dentro del estilo actual de la Vuelta de poner subidas así en la primera semana. A mi, precisamente, esos porcentajes tan duros (con picos del 18%) no me benefician, pero se hace esta apuesta e intentaremos estar ahí.
¿Todavía hay subidas por esa zona que no sean conocidas?
Sí las hay, pero algunas no se ha llegado porque arriba no hay espacios para montar todo lo que se necesita. Algunas serían la del Maigmó, que no se ha subido porque solo tiene una carretera, no hay otra para bajar. Otra sería el Reconco de Biar, pero tiene el mismo problema.
En el pasado Tour, ganaron etapa «Purito» y usted, Valverde fue tercero, pero ¿falta más protagonismo de los ciclistas jóvenes?
Jóvenes siempre hay, pero mientras esté la generación de Alejandro, «Purito» o Alberto que tienen un nivel tan alto, es complicado ver a los que vienen por detrás. A lo mejor nos cuesta repetir esta generación, pero no va a haber un vacío tan grande como se teme.
¿Faltan más equipos?
Es algo fundamental. En mi generación, cuando había carreras de cadetes salíamos 400 en la Comunitat Valenciana. Había muchas carreras y equipos. Y de esa base ha salido esta generación de ciclistas tan buenos.
Si pudiera tocar una tecla para cambiar el futuro del ciclismo español y valenciano, ¿cuál sería?
En la misma medida que ha caído el ciclismo de base, se ha incrementado de una forma brutal el cicloturismo y el ciclismo de veteranos. Mi decisión sería obligar a los clubes ciclisas que organicen una carrera para veteranos, que, al mismo tiempo, organicen otra de categorías inferiores porque es la única forma de salvar el ciclismo a corto y medio plazo.
Usted que fue el último ganador de la Vuelta a la Comunitat Valenciana, ¿cree que volveremos a ver algo similar?
Sería un orgullo volver a ver que se celebre, pero o se cambia un poco de mentalidad, y vuelven también los apoyos económicos, o será imposible. De todos modos, creo que hace cinco años estábamos peor que ahora.
Tra la Vuelta vendrá el Mundial y el otro año los Juegos. ¿Cree que estará en alguno?
Lo veo complicado. Mi época en mundiales ya pasó. No digo que no me gustaría ir porque es muy bonito, pero o hago una Vuelta a España espectacular y no tengan más remedio que llevarme, o está muy difícil.
A sus 35 años, ¿cuánta gasolina tiene aún Rubén Plaza?
Si te soy sincero, este año me planteaba seguir mínimo otro año, pero después del Tour que he hecho la motivación me ha vuelto a resurgir y no me pongo fecha de retirada. Si no pasa nada, me gustaría seguir, al menos, un par de años o tres.
Y tras la retirada, ¿qué?
Hace años que monté un gimnasio en Ibi y ahí hay trabajo. Luego, no me importaría seguir vinculado al mundo del ciclismo entrenando a chavales.
En este Tour pasado ha vuelto a haber sospechas de dopaje con Froome, le llegaron a tirar orina... ¿esto no cambia?
Me parece muy triste que a un deportista no se le respete. Nadie tiene derecho a insultar a nadie, y menos a alguien que va sufriendo subiendo un puerto. El responsable creo que es la prensa francesa. Da igual que sea Froome o quien sea. Quien vaya líder del Tour es objeto de sospecha. Y me parece muy triste que la gente vaya a las carreteras a insultar.
¿Es fomentar el odio?
Sí, además, cuando no hay necesidad. Ahora es Froome, pero antes fueron otros. Llegará un día que le pegarán una ostia a uno y lo tirarán de la bici por un barranco. Lo peor que he vivido en el ciclismo, en mis 15 años de profesional, fue ver esa falta de respeto generalizada, día tras día, hacia un corredor. Me daba vergüenza estar ahí. No es lo mismo que te lo cuenten, que a ir al lado de Froome en un puerto y ver como lo abuchean. Si el hecho de ser líder de un Tour va a suponer que te tilden de dopado, apaga y vámonos.
