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Bádminton

600 valencianos al volante

La C. Valenciana ha visto crecer el número de practicantes tras la irrupción de Carolina Marín

600 valencianos al volante

Es mucho más que un deporte playero, en el que el aire suele llevarse el volante y conseguir un intercambio de dos o tres raquetazos es bastante más complicado que con las no menor areneras «palas». El bádminton se abre paso al abrigo de los éxitos de Carolina Marín y busca hacer valer sus bondades como práctica deportiva para todas las edades. Para que aquellos miles de niños que lo tienen como asignatura obligatoria durante un trimestre en educación física den el salto a la competición.

La Comunitat Valenciana tiene un papel bastante importante en el desarrollo de este deporte, que hasta hace treinta años no tenía ni federación propia. Numerosos campeones de España y el primer olímpico de la historia (Sergio Llopis en Atenas 2004) jalonan un recorrido que ahora se pretende ampliar por el efecto llamada. Vicente Ferrer, uno de los pioneros y actual presidente honorífico de la territorial que preside Ferran Feliu, asegura que «es como la tónica: no te gusta, pero te engancha. Y una vez lo has probado, ya no quieres otra cosa. Cuando Carolina ganó el mundial ya notamos que crecía un cierto interés por el deporte. Ahora esperamos que esto nos vuelva a ayudar. No hay nada que nos satisface más que ver cómo, en los pabellones de determinadas poblaciones, las horas a las que tiene derecho el bádminton son las mismas o más que otros deportes más mayoritarios». Según los datos del Ministerio de Cultura, el número de federados valencianos la pasada temporada fueron 600 «redondos» y prácticamente a partes iguales hombres y mujeres, una paridad que sólo superan la gimnasia, voleibol, hípica, patinaje y baile deportivo.

La esposa de Alfonso Rus, pionera

El bádminton llegó a la Comunitat Valenciana en 1981 a raíz de un curso que impartió el Consejo Superior de Deportes en Madrid. Allí fueron Antonio de Antonio, Vicente Caballero y José Luis Asensi. Xàtiva, Valencia y Alicante. Partieron con la premisa de extender la señal, cual apóstoles de la raqueta y el volante. La llegada a Xàtiva es un claro ejemplo de peculiaridad. Vicente Caballero lo transmitió a un grupo de mujeres que hacían gimnasia de mantenimiento. «La primera denominación fue Club Bádminton Xàtiva Rus 2» y la primera presidenta fue Begoña Ricart, la esposa del entones empresario y más adelante alcalde Alfonso Rus. En la capital de la costera compitió con el voleibol, que entonces era el deporte favorito de los no futboleros y llegó para quedarse. La pasada temporada, su equipo de élite se mermó entre retiradas y fichajes y, por primera vez en muchos años, descendió a la categoría de plata. «Ahora es probable que tarden unos años en regresar. Hay mucha escuela, pero todavía tienen que pasar unos años para volver a ser competitivos».

El bádminton es un deporte que pasa de generación a generación. Vicente Ferrer fue de los primeros que jugó y su hija Ana ha logrado «lo que ningún otro jugador hasta ahora: ser campeona de España desde alevines a veteranos». Ahora, la mejor valenciana es Sandra Chirlaque, que se ha ido a vivir a Ibiza, y que logró semanas atrás el campeonato de España absoluto aunque fuera aprovechando la ausencia de Carolina Marín y Beatriz Corrales, que estaban jugando en Singapur.

Enguera, un ejemplo peculiar

Chirlaque es de Enguera, uno de esos enclaves en los que el bádminton se está transformando en el deporte «nacional». «Es algo muy a destacar, porque allí hay equipos de baloncesto y balonmano, pero ya tienen cuarenta niños» dirigidas por otra habitual en la élite y vecina de la población, Inma Aparicio.

Alicante es la plaza fuerte en estos momentos, con el equipo en división de honor. Por allí pasó Loli Marco, la pareja de Llopis; Lucía Tavera, Laura Samaniego, que ahora juega en la liga de Alemania, Arturo Ruiz... y en su momento tuvieron un indonesio, Indra Bagus, que fue su particular galáctico.

En el «cap i casal» tiene mucha solera el Club San Fernando y son más recientes el Drop Valencia y el Atlético Valenciano, así como el cercano CB Manises. La última adquisición es el Club Bádminton Castellón, porque en las comarcas castellonenses no se había logrado todavía la anhelada implantación.

Una semilla que sí que está arraigada en unas poblaciones muy determinadas. Por ejemplo, en El Campello, donde destacan los buenos resultados a nivel nacional que suelen hacer las niñas Oncina, dos hermanas gemelas y una prima.

También Teulada, Aspe, Ibi, Onil, Beneixama y zonas de la Marina Alta como Xàbia o Calpe, donde lo practican numerosas personas de las colonias inglesa, danesa, holandesa o belga, países donde tiene también mucha implantación, especialmente los dos primeros.

Porque otra de las características del bádminton es su implantación en el mundo del deportista veterano. Las competiciones oficiales van desde los sub-11 a los +65.

Ahora, el futuro se presenta con expectativa y a la espera de señales. Señales blancas. «Que en el suelo de los pabellones se vean cada vez más marcas pintadas de un terreno de juego de bádminton».

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