El Trinquet Municipal de Oliva ya ha abierto sus puertas con la esperanza de no volverlas a cerrar. Con la fiesta del pasado viernes se inicia un nuevo futuro en la promoción del deporte propio, que en el caso de Oliva lo es en la modalidad de «raspall» pues no son pocos los que consideran a esta población de La Safor la cuna legítima de la especialidad. No se entendería la historia del "raspall" sin los nombres de jugadores formados entre las paredes del viejo trinquet construido por Domingo Mestre Pous, «el tio Llavores», hace justamente ahora un siglo. Cien años después las autoridades públicas dotan a Oliva de una instalación moderna, atractiva, dotada de todas las comodidades y sistemas de seguridad que exige la legislación sobre espectáculos públicos. Se sabe que en aquella partida inaugural jugaron las primeras figuras de la época como el Xiquet de Sueca y el Faixero, entre otros. Se jugó a «escala i corda» pero pocos años después el «raspall» de la mano de figuras como Tofolet, Carinyo o Carlets de Piles, los mejores de los años anteriores a la guerra civil. La historia de la pilota en los últimos setenta años puede resumirse de una manera definitiva: fidelidad absoluta.

Nunca dejó de practicarse y Oliva y aquel viejo trinquete fueron cantera de enormes jugadores, primeros figuras profesionales de la especialidad preferida en la comarca. La familia Malonda ha sido providencial. Junto a su saga, encontramos nombres ya míticos como Diego, Pepito, Morera, Francisquet y Carlos. Y en la última década la relumbrante figura de Waldo.

En los últimos años el Club de Pilota de Oliva ha dirigido su actividad a la promoción de la escuela así como a la participación en campeonatos autonómicos en todas las categorías. No han faltado las partidas con jugadores profesionales. Con el nuevo trinquet se cumple un viejo deseo de la afición: convertir a Oliva en el centro referencial del "raspall", colaborando en la promoción entre las nuevas generaciones.