El deporte valenciano recibió ayer una de las mejores noticias del año cuando, a media tarde, llegaban noticias desde Astana, la capital de Kazajistán. Allí, María Bernabéu se proclamaba subcampeona del mundo de judo tras perder la final contra la francesa Gevrise Emane en la categoría de menos de 70 kilos.

El judo no sólo es un deporte bastante volátil. Quien hoy es medalla en un gran campeonato mañana puede caer a la primera de cambio. También es una especialidad en la que los éxitos duran muy poco y no se puede vivir mucho de su renta: hay campeonatos del mundo y continentales todos los años, a lo que hay que añadir los Gran Slam y Gran Prix (lo que, en otros deportes, se consideran «Series Mundiales»), que reúnen a la flor y nata del tatami. Sin embargo, este éxito catapulta definitivamente a una competidora que, a los 27 años, llega a su momento culminante de forma a un año visto de la otra gran cita para estos deportistas: los Juegos Olímpicos.

De madre ecuatoguineana „de ahí le viene el color de la piel„ María nació ocasionalmente en Salamanca, pero cuando tenía un año de edad ya estaba residía en Alicante, de donde es natural su padre. Allí ha vivido toda la vida y allí se inició en el judo. No es un talento surgido inesperadamente: ha sido campeona de España sucesivamente de todas las categorías: dos veces cadete, dos junior, cuatro sub 23 y seis absoluto. Hace tres años se le escaparon los Juegos Olímpicos porque en el ranking quedó por delante Cecilia Blanco. Tan sólo dio un paso atrás en un 2014 especialmente aciago. Pero este año ya venía anunciando: en abril ganó el campeonato de España y en junio logró su primer Gran Prix en Budapest. Atrás quedaba la siempre difícil lucha por alcanzar la élite, la que abre las puertas a los grandes torneos, para la que incluso tuvo que pagar de su bolsillo el desplazamiento a algunas competiciones.

Cinco victorias, una derrota

Ayer (las competiciones de judo se celebran en un sólo día, desde el primer al último combate), la valenciana venció a la israelí Linda Bolder en primer ronda, la alemana Szaundra Diedrich en segunda, a la brasileña Maria Portela en dieciseisavos, y en su último choque de la mañana a la holandesa Kim Polling en cuartos.

Ya por la tarde se deshizo de la austríaca Bernadette Graf en las semifinales. En el combate definitivo, sin embargo, sufrió un ippon antes de acabar el primer minuto de combate. Pero la derrota supo a victoria con todo lo logrado previamente.

A la estela de Miriam, Isabel...

La medalla de María Bernabéu se acerca a la de Miriam Blasco, en cuyo gimnasio se ha hecho grande, y que fue campeona del mundo en el año 1991, y a la también alicantina Isabel Fernández, que lo logró seis años más tarde e iguala lo logrado por Almudena Muñoz, que fue plata en 1993. Así mismo, supera en un peldaño mundialista los bronces logrados por otros competidores de la Comunitat Valenciana como Ana Carrascosa, que logró dos bronces o León Villar, que logró el mismo metal.

Por su edad, María supone, de alguna forma, un inicio del cambio generacional en el judo valenciano, que en los últimos años han representado Laura Gómez y su marido Sugoi Uriarte (valenciano de adopción), para quienes los Juegos de Londres, en los que ambos tendrán 32 años, deben suponer la culminación de dos brillantísimas carreras deportivas. De hecho, el vitoriano también cuenta con una plata mundialista.

Esta segunda posición supone también que María tendrá prácticamente garantizada la presencia en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.