Para la mayoría de los deportistas no profesionales, completar un triatlón es como superar uno de esos muros. Pero en ocasiones la vida pone a prueba y exige un doble esfuerzo, como le sucedió a Miriam Roselló. La triatleta del Mortes Bike-VRP Electric-CT Sueca, una joven de 24 años, perfectamente habituada a participar en este deporte y con la máxima exigencia, tuvo que luchar con todas sus fuerzas para superar un infarto de miocardio tras finalizar un excelente Triatlón de Burriana en tercera posición en el que debía haber sido el último test de cara al Campeonato de España.

«Corriendo notaba como me dolía el pecho, pero también las piernas y el alma, y al finalizar noté una ligera presión en el pecho que creía que era por las horas que había llevado el sujetador de competir». Se fue a comer con su familia y notó que la presión disminuía, por lo que no le dio importancia. Sin embargo, subiendo al coche empezó a sentirse mal «por todo el cuerpo y ya no aguanté más y nos fuimos a urgencias por la insistencia de mi tío. Si no llega a ser por él, no lo estaría contando ahora mismo», relata Roselló. Una vez en urgencias se le realizaron las pruebas pertinentes y se corroboró que, a sus 24 años de edad, había padecido un infarto de miocardio.

«Se situaron veinte médicos a mi alrededor, me pusieron goteros, morfina y la pastilla bajo la lengua. Luego me llenaron de cables y me conectaron a mil máquinas», relata. La triatleta pasó ocho días en la UCI hasta que la trasladaron a planta, donde permaneció hasta que recibió el alta. Los médicos afirman que su corazón está bien y que su vida no corre peligro.

La deportista del club suecano ha estado en todo momento acompañada de su pareja, Emilio Aguayo, el mejor triatleta valenciano junto a Jesús Gomar. Los facultativos estiman que Roselló deberá de hacer reposo absoluto entre cuatro o cinco meses antes de volver al deporte. Y luego, ver si puede recuperarse para la alta competición.