El accidente que causó la vida a los pilotos españoles Bernat Martínez y Daniel Rivas el 19 de julio en Estados Unidos no debió haber ocasionado por sus características más que "una fractura o una lesión leve", según afirmó Jorge Lis, que había sido mánager de Martínez y le impulsó a ir a correr a aquel país.

Lis se encontraba en el circuito de Laguna Seca el día del accidente mortal y fue el responsable de informar públicamente de lo que había ocurrido, además de acompañar a los familiares de Martínez que se desplazaron a Estados Unidos para completar los trámites para la repatriación del cadáver.

Lis ha visto en repetidas ocasiones junto al tricampeón mundial de motociclismo Wayne Rainey las imágenes de los vídeos de las cámaras instaladas en las motos y las del circuito interno de la dirección de carrera.

Tras ello, ha llegado a la conclusión de que "solo un cúmulo de circunstancias y la mala suerte acabaron con la vida de los dos pilotos españoles".

"Fue un accidente que se debió saldar sin apenas daños, pero en el que el infortunio hizo el resto. Viendo las imágenes no te explicas que el mismo acabará de forma tan fatídica. Fue una carambola la que produjo el fatal desenlace", agregó.

Señaló que ha decidido esperar a conocer los detalles de lo que había pasado para pronunciarse sobre un accidente que se convirtió en una "gran tragedia y un golpe muy duro".

Lis considera que la actuación de todos los profesionales del circuito fue excelente y destacó que los servicios médicos actuaron con total rapidez, "a pesar de que nadie estaba preparado para una tragedia de esta magnitud".

Destacó también el apoyo recibido tanto de Wayne Rainey como de su esposa Shae "por su nobleza, su compasión, su tiempo ilimitado y su sensibilidad".

"Además y sobre todo, porque desde un primer estuvieron a nuestro lado y se pusieron a nuestra entera disposición", prosiguió.

También destacó la colaboración del personal del consulado y de las autoridades españoles, ya que en un principio se les dijo que se tardaría entre dos y cuatro semanas en la repatriación de los cadáveres y gracias a las gestiones al más alto nivel que se hicieron desde España, se logró que en once días fueran enviados a casa.

"La gente se ha dado cuenta de lo grande que era Bernat. Era un obseso de la puesta a punto, algo que había aprendido de quien siempre fue su ídolo, el bicampeón mundial Ricardo Tormo. Hoy la gente valora mucho más lo que hizo Bernat que cuando vivía", añadió Lis, quien señaló que en ocasiones se siente mal al pensar al recordar que fue él quien le impulsó para ir a correr en Estados Unidos.