En el Museu de la Pelota Vasca de Saint Pée sur Nivelles, pueblo vasco-francés, del viejo Reino de Navarra, encontrará el viajero una hermosa pilota de vaqueta entre fotos y recuerdos de la gran historia del juego de pelota vasca, impregnado en el alma euskalduna. Las viejas fotografías de finales del XIX y principios del XX muestran duelos seguidos por centenares de espectadores que disfrutaban con el «quinze i ratlla», cantado en la lengua de los valles vasco-navarros. A este lado de la frontera, en la actual provincia de Gipúzkoa, un grupo de jóvenes de Oiartzun se han empeñado en recuperar el «bote luzea», que es el juego a largo que enfrentó en el desafío de Cartagena del siglo XVIII a vascos y valencianos, o el que se disputó en plena capital del Reino ante Fernando VII. En Oiarztum se jugó a largo, en su plaza mayor hasta hace sesenta años?Enrique Abril, originario de La Vall d´ Uixó, jugador, periodista y dirigente fue uno de sus principales impulsores.

La pilota de vaqueta del museo vasco, simboliza un nexo de unión entre la historia de la pelota vasca y la valenciana, que se remonta a tiempos lejanos, anteriores a la actual configuración de los Estados y que argumentan sobradamente la justicia de que ambos territorios, acudan con selecciones propias a cualquier cita internacional. Oiartzun, que se ha convertido en un foco de intensa difusión en Euskal Herria de esta que puede considerarse la más antigua de las modalidades de pelota del territorio vasco y del conjunto de Europa anuncia oficialmente su participación en la próxima edición de la Champions de Clubes Campeones que se disputará en Franeker el último fin de semana de septiembre: «vamos a conocer, a aprender, a vivir de cerca todo lo que significa este movimiento. Estamos muy ilusionados. Intentaremos hacer un digno papel pero sobre todo aprender para acoger en años venideros alguna importante competición», afirman desde Oiartzun. Los valencianos de Agost, los mejores pelotaris holandeses, los campeones belgas de Kersken, los campeones de la Picardia francesa esperan con ilusión esta incorporación que viaja a la vieja Frisia desde las entrañas vascas.