Ana Belén Giner, de Borbotó, es pelotari por decidido empeño personal. Su familia la recibió ayer como campeona de Europa en la emergente modalidad de «One Wall». Cuando era niña hubieran preferido que jugara al frontenis, pero a ella le gustaba la pilota valenciana. De hecho, cambió la raqueta por la mano por culpa de un castigo. «Bienvenido aquel castigo», dice ahora.

Hace veintidós años llamaba la atención su presencia, entre hombres hechos y derechos, como «punter» en el equipo de «galotxa» de su pueblo, Borbotó. Pero no le tenía miedo a la durísima pilota de vaqueta usada en el Trofeo El Corte Inglés. Allí estaba ella para rematar «quinzes» siempre con criterio e intención. «En el club me recibieron con los brazos abiertos y me ayudaron mucho. Incluso la gente mayor, que nunca había visto mujeres jugando, me animaba. Eso me hizo crecer en la fe en este deporte», afirma Ana orgullosa.

En su juventud colaboró como nadie en la consolidación de las primeras competiciones femeninas, que fueron en la modalidad de «raspall», a partir del año 2007, junto con el club de Beniparrell y algunas jugadoras que empezaban a despuntar en clubes de otras comarcas. Desde entonces, el movimiento ha sido imparable. Hoy no se entiende ningún club serio de pilota valenciana que no tenga en cuenta su trabajo igualitario con las féminas pelotaris. Ningún club puede tener un futuro digno de consideración si no cuida sus formaciones femeninas.

El pasado viernes, cuando remató el último punto en el set de desempate final contra el equipo de Holanda, Ana rompió a llorar de emoción. Per fi, ja tocava, era su íntimo pensamiento. Era un sueño que ha visto cumplido 22 años después de que comenzara a enamorarse de la pilota de vaqueta. Un sueño compartido con su hermana y con Mónica, del club de Massamagrell.

El apoyo de la familia

Lo conseguía a los 32 años y tras un titánico esfuerzo personal: «en el último año he estado entrenando junto con mi hermana Maria José —con ella ha formado pareja en el Europeo— una media de cinco y seis horas semanales, por nuestra cuenta, soñando en poder alcanzar este éxito», explica. Además, confiesa que a esos entrenamientos acude siempre acompañada de su marido y de su hija de 19 meses. Una familia entregada a la causa del Joc de Pilota. «Solamente con ese nivel de entrenamientos puede aspirarse a un título europeo».

Y eso es lo ha conseguido frente a la selección holandesa, cuya federación es un excelso ejemplo de trabajo igualitario con las féminas en este deporte. Sin embargo, una chica de Borbotó es ahora la mejor pelotari de Europa. Una chica que actualmente es monitora del club de su pueblo y de dos centros escolares públicos de la capital valenciana.