Cuando muy pocos le esperaban, Víctor Claver irrumpió en los cuartos de final del pasado Eurobasket con una fuerza inesperada. Desde aquel partido ante Grecia, el rol del alero valenciano cambió considerablemente. Se quitó de encima ese aura de jugador secundario, gris, que le ha perseguido en su dilatada trayectoria con España. Por fin, tras más de cien partidos con la «roja», su actuación en los partidos decisivos cobró relevancia internacional. «Creo que en los próximos seis años, Víctor ha de tener más protagonismo con España. Si eso no pasa, es que algo falla. Ya se está viendo cual es la siguiente generación y ahí debe tener una función primordial», explica Alberto Meléndez, el primer entrenador de Claver en el colegio Maristas de Valencia. El técnico que se frotó las manos, hace ya dos décadas, al descubrir el talento de aquel chaval tímido que despuntó rápidamente por su galantería dentro de la cancha. Era un jugador especial.

El protagonismo de Claver en el reciente éxito de España estaba escrito en alguna parte, asegura el técnico que fue testigo de la precocidad de aquel pelirrojo. «Víctor tiene mucho más de lo que ha enseñado hasta ahora. Lo mejor aún está por llegar. Para la gente que lo conocemos, da rabia, porque Víctor tiene mucho más. Me duele que parezca que Claver fue un chaval de 19 años que una vez despuntó y ya está. Por lo que sea, no ha llegado su momento cumbre, pero en el Eurobasket ya ha demostrado que está cerca», explica emocionado Meléndez. Efectivamente, algunos ya le habían colgado la etiqueta de eterna promesa tras su discreto paso por la NBA, cerrado este año con su fichaje por el Lokomotiv.

Alberto Meléndez argumenta los pros del alero, que heredó la altura de su padre (Javier Claver), campeón de Europa de balonmano con el CB Alzira y carismático profesor del colegio Maristas. «Destacaba mucho, y no solo por la altura, pues le sacaba una cabeza a sus compañeros. No destacaba por su fuerza física, pero tácticamente te hacía cosas sorprendentes», recuerda. En categoría cadete, fue incorporado a la escuela del Valencia Basket. A partir de entonces, la figura de su padre fue aún más decisiva. Desde muy pronto, le llegaron ofertas del Barça y Real Madrid, y más tarde de la NBA. Siempre antepuso los estudios y la formación de Víctor.

Alberto confirma lo que anticipó Javier Claver. Que Víctor necesita estar bien rodeado. «Mira a Messi, en la selección no funciona igual. Necesita un buen entorno. Sin embargo, a Cristiano, donde lo metas te la va a liar. Víctor necesita ver que la gente que está a su alrededor confía en él, sentirte útil, estar a gusto», explica. «Más allá de Gasol, Claver tácticamente es un fuera de serie. Le ayuda mucho jugar por fuera. Por dentro cumple, pero no está tan a gusto. Como exterior es un jugador muy polivalente. Estoy seguro de que en las Olimpiadas ya va a tener más peso en el equipo», añade.