Los vascos de Oiartzun se marchan de la Champions con la victoria más determinante de todas: haber ganado el corazón de los amantes de este deporte llegados desde diferentes regiones europeas.Su nivel de juego ha sido competitivo, a pesar de que hace poco tiempo que practican con cierta regularidad esta modalidad, pero su aportación al movimiento internacional de la CIJB ha sido muy fructífera. Tanto que su compromiso con la Champions se hizo evidente al anunciar que esperan a todos los equipos europeos en la edición de 2016. Quieren aprovechar la capitalidad cultural europea de San Sebastián, en trabajo coordinado entre todos los interesados. Cuentan con el aval de la Federación de Pelota Vasca de Euskadi, que se incorporará de manera oficial a la CIJB, con plenos derechos, a partir de noviembre, cuando lo aprueba su asamblea. A partir de ese momento, en las competiciones internacionales la selección vasca tendrá su representación propia. Como anticipo, la delegación de Oiartzun regaló a cada federación presente una camiseta oficial de la selección vasca. Y es que, como alguien recordó: «El juego de Llargues es más antiguo que cualquiera de los Estados y sus fronteras actuales. Y aquí lo que vale es el corazón». Pero no se quedó ahí su aportación. Su pelota de «bote luzea» gustó a técnicos y pelotaris como una muy probable solución a la que se usa en la modalidad de Juego Internacional de la CIJB. De bote medio, indolora, y de prestaciones técnicas que gustaron a todos. Si los valencianos aportan la pelota de Llargues, definitivamente consolidada, los vascos va a aportar, casi con toda seguridad, su pelota para el Juego Internacional.

Desafío contra Congost

Las relaciones entre los pelotaris vascos y valencianos han sido estos días tan intensas que ha surgido un compromiso por ambas partes: un encuentro amistoso entre los clubes de Agost y Oiartzun a jugar antes de que acabe 2015. Hay ganas de intercambiar experiencias aunque alguien soltó la posibilidad de que vaya adobado con una apuesta millonaria en pesetas: «Aquí estamos, a los vascos nadie nos tira para atrás», soltó un euskaldún.