Satxa de Orba tiene 17 años; es natural de Orba, pueblo de La Marina de arraigadísima afición a la pilota valenciana. Se formó en la escuela de Vicent Molines; juega algunas partidas en el trinquet, como «mitger», con buenas perspectivas, pero hoy por hoy sus ojos están puestos en el One Wall. «Es un juego espectacular, muy distinto a nuestra Escala i Corda pero que requiere de mucha técnica y preparación física. Quiero triunfar en él y destacar entre los grandes del mundo».

El chaval confesaba a Levante-EMV, en la cena del gala del torneo esas ilusiones que le hacen plantear grandes proyectos: «Nuestras modalidades hay que conservarlas pero debemos ensanchar horizontes y está claro que esta modalidad tiene muchas potencialidad. Todo el mundo puede iniciarse en ella y disfrutar y las instalaciones son muy baratas». Ayer se enfrentaba en la final de Massamagrell al legendario William Polanco, embajador de la pelota norteamericana en todo el mundo. Con 17 años le plantó cara. Le habló de tú a tú. Le apretó el marcador hasta el 12-14 pero en la recta final el norteamericano de origen dominicano remató la faena.

Satxa había eliminado en cuartos de final a los campeones belgas, que a su vez lo han sido del Europeo de selecciones nacionales jugado hace unas semanas en Maubeuge. Su presencia en la selección valenciana parece más que garantizada para próximas citas internacionales si los valencianos quieren tener opciones. Disponen de un pelotari que tras esta medalla se ha metido entre los 16 mejores jugadores del mundo, en el ranking de la WWBA, la organización que fusiona a la CIJB, Juegos Gaélicos y Consejo Mundial de Handball en el camino hacia el olimpismo.