Uno de los interrogantes que se traduce de esta operación es por qué antes de que participe el empresario José Luis López realizando una transacción privada, las entidades no van directamente. El mecenas de la pilota siempre ha ido de la mano con las instituciones, a las que ha informado en todo momento de cuáles eran sus planes, y cuando al Director General de Deportes se le pregunta por la intención de López de comprar la propiedad de Pelayo para luego cederlo lo tiene bien claro: « Sabemos que está dispuesto a hacer eso».

Lo que tiene claro Josep Miquel Moya, es que la conversión de Pelayo necesita mucho tiempo e inversión económica. «Como instalación deportiva, Pelayo necesita una gran inversión y estructuralmente es complicada su renovación para una modernización efectiva, por los accesos y demás. Para acabar convirtiendo Pelayo en ese gran referente de la pilota, han de pasar muchos años y se han de realizar muchos trámites, y va a costar mucho dinero. Pero se ha de comenzar ese camino. E insisto en que la vocación de Pelayo debe ser público, pero antes el consorcio se ha de constituir, se debe trabajar para ver hasta dónde llegamos cada una de las administraciones, pero al final, si hay voluntad de que sea público, nos da igual quién sea el propietario, una persona que vive en Asturias o que viva aquí. Desde ese punto de vista no nos preocupa que ahora haya un intermediario porque eso no supone nada luego un mayor desembolso, y al contrario, agradecemos mucho la intervención de José Luis, una persona que ha demostrado durante muchos años su pasión por la pilota, y su altruismo, porque el que posibilita es que pase de unas manos privadas a otras privadas, pero de unas privadas de las que nos podemos fiar».

Económicamente, la administración tiene un plan en mente.