Uno de los «marrones» que le vienen encima a la Generalitat apunta al Hércules de Alicante, en concreto a la Fundación de la entidad. Con una deuda de 23 millones de euros y un préstamo que no pudieron devolver de 18 millones de euros al Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), el 70 por ciento de las acciones del club „en manos de la Fundación„ y el estadio Rico Pérez son propiedad de las instituciones públicas. La intención, y así se le comunicó en el último encuentro entre el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, y la dirección del IVF, es sacar a subasta el estadio y los títulos antes de Navidad por una cantidad mínima de siete millones de euros. «El Hércules tiene un problema, a ver como se resuelve», asegura Josep Miquel Moya, Director General de Deportes a Levante-EMV.
Paralelamente, el Hércules „junto al Elche CF„ están pendientes de un informe de la Comisión Europea por el cual podría dejar la mayoría accionarial en manos del Banco Sabadell. Cuando la Fundación del Hércules no pudo abonar las cantidades económicas a la CAM „ahora Banco Sabadell„, la entidad financiera ejecutó los avales y la Generalitat tuvo que abonarles 18 millones de euros. «El futuro del Hércules no es muy optimista, no lo es, porque el juzgado quiere que se ejecuten los avales de la Generalitat», asegura Moya. Si la Comisión Europea declara «ilegales» las ayudas de la Generalitat a los clubes valencianos „actualmente el problema con el Valencia CF se resolvió una vez Peter Lim adquirió las acciones que poseía la Fundación„, los títulos que poseía la Fundación Hércules regresarían al Banco Sabadell, aparte de que la entidad financiera debería devolver los 18 millones que cobró en su día de las instituciones públicas.
Lo que no quiere la Generalitat es gestionar el club de fútbol, de ahí que al alcalde de la ciudad de Alicante se le transmitiera el plan que tienen de sacar a subasta las acciones del conjunto blanquiazul antes de Navidad. La situación es peliaguda y el actual Consell ha recogido la herencia dejada por el anterior gobierno de la Generalitat, a la cual intentan buscarle una solución porque consideran prioritario invertir en otras actividades que consideran más prioritarias, ya que no entra en sus planes gestionar un club de fútbol. El empresario Enrique Ortiz «controla» el Hércules y ya ha declarado en varias ocasiones que está dispuesto a marcharse «si el alcalde tiene un inversor serio», situación que hasta el momento no ha ocurrido. Ahora bien, lo que Ortiz sí que está dispuesto a asumir son todas las obligaciones de pago hasta que se produzca el relevo».
La Generalitat, que actualmente posee la mayoría accionarial del Hércules que tenía su Fundación, puede cambiar de patronos (actualmente la mayoría han sido puestos por Enrique Ortiz), pero considera que la solución es desprenderse de los títulos cuanto antes, y eso pasa por la subasta. Cuando hace unas semanas el alcalde de la ciudad explicó el planteamiento, fuentes próximas a Enrique Ortiz consideraron que de ser así, sería porque ya disponen de un empresario dispuesto a asumir la cantidad mínima que reclaman fijada en siete millones de euros.
La Generalitat no quiere apartarse del fútbol, menos de los clubes valencianos, pero lo que no están dispuestos a realizar es afrontar su gestión. Cuando la Fundación del Levante UD tuvo que votar si se estudiaba negociar la venta a Robert Sarver, ninguna institución acudió a la votación esgrimiendo que aún no habían podido designar los patronos, situación que acabó significando votos por el «no» a la venta. La idea es estar presentes como interlocutores, pero nunca con poder de decisión, de ahí que estén dispuestos a ponerle solución a la situación del Hércules cuanto antes, aunque si la Comisión Europea decide que las ayudas eran «ilegales», la mayoría accionarial pasaría a manos del Banco Sabadell.
