Con la medalla de bronce del Mundial de Alemania colgada del cuello y el billete para los Juegos Olímpicos de Río 2016 en el bolsillo, el equipo español de gimnasia rítmica se prepara para protagonizar el ya tradicional anuncio navideño de Freixenet. «Las gimnastas van a ser unas burbujas extraordinarias, ya que van a por todas, con un cuchillo entre los dientes», advierte el director de comunicación de la compañía catalana, Pedro Bonet. El anuncio, que se rodará en las próximas semanas en un plató de Barcelona, lo dirigirá el realizador, creativo y guionista Kike Maíllo, ganador de un Goya a la mejor dirección novel. Se prevé que el estreno sea el 25 o 26 de noviembre, y su emisión empezará a principios de diciembre.

Las integrantes del ágil equipo de burbujas de esta Navidad tienen nombre y apellidos: Sandra Aguilar, Artemi Gavezou, Lourdes Mohedano, Alejandra Quereda y la valenciana Elena López.

López, de 21 años y natural de Turís, cree que el anuncio dará visibilidad a un deporte con un escaso eco mediático durante el año. «Creo que nos vendrá bien, porque cuando lo hizo el equipo de natación sincronizada luego tuvieron muy buenos resultados. De una manera u otra, está bien que se reconozca todo lo que estamos logrando, que nos conozca más la gente. En el mundo de la rítmica hay un montón de niñas que quieren hacer este deporte y en nuestro mundillo sí que nos conocen, pero no se puede comparar con otros deportes», explica la gimnasta, que todavía no sabe cómo será el spot. «A todas nos hace ilusión, porque es algo que siempre has visto por la tele y nunca se me había pasado por la cabeza hacer el anuncio. Estamos muy contentas, no es como ganar un Mundial, pero es un medio para ayudarnos de cara al futuro», añade.

López reside en Madrid, donde entrena con sus compañeras para asaltar el podio en Río 2016. «La medalla en Stuttgart no nos la esperábamos para nada, nuestra meta era hacerlo lo mejor posible y conseguir estar en los Juegos Olímpicos. Ahora, vemos que esa medalla es posible», subraya la joven, quien apunta a las rivales en la lucha por los metales: Rusia Bielorrusia, Italia, Bulgaria, Israel, Japón y Ucrania.

En este punto, la valenciana reconoce que la vida del gimnasta es muy sacrificada. «Entrenamos bastante, siete horas al día, menos los domingos. Es duro, pero al ser un conjunto, se necesita repetir y repetir para que el ejercicio salga lo mejor posible», señala. Un deporte exigente en el que ella se inició «de la manera más tonta». «Lo había visto en la tele, pero fue una amiga que conocía desde pequeña, Alba, la que un día me dijo que estaba haciendo gimnasia. Me enseñó lo que hacía y le dije a mi madre que me apuntara, quería hacer lo que hacía Alba. Con trece años me llamó la selección», relata la próxima burbuja de Freixenet.