David Ferrer entrena hoy en Valencia. Debutará mañana en su torneo. Será especial. Todo apunta a que, por falta de viabilidad, el Valencia Open desaparecerá. El tenista, copropietario del campeonato junto a Juan Carlos Ferrero, aseguró ayer que «si el torneo no es rentable no tiene ningún sentido que se siga haciéndose». Y no lo es. «No sé si habrá torneo el próximo año. Todo pasa por encontrar patrocinadores y que haya más ayudas a nivel global. Hoy no hay esa demanda para el torneo. No sé lo que pasará pero, a día de hoy, es difícil que siga el torneo», sorprendía el valenciano.

«Es difícil encontrar patrocinadores. Estamos en una situación nacional complicada y es difícil sacar adelante un torneo», lamentaba para, poco a poco, ir confirmando la desaparición del Open. «Es una lástima porque ha sido espectacular todos los años que se ha hecho, el escenario es inmejorable pero hay que aceptar lo que es. No siempre pueden salir bien las cosas», argumentaba tras calificar de «situación real» la venta de la licencia del torneo. Será, una vez finalice el Open, cuando se concretará el desenlace. Ferrer, sin embargo, ya habla en pasado. Y eso algo indica. El valenciano, que debutará contra Daniel Brands que ayer ganó por 6-4, 2-6 y 7-6 a Nick Kyrgios, buscará Valencia sumar su sexto título del año. «Lo que tengo claro es que será duro. El objetivo es estar entre los ocho mejores para poder jugar el Masters. Aún no estoy clasificado, aunque voy por buen camino», apuntaba tras realizar una visita en un autobus turístico por la Ciudad de las Ciencias junto a Vasek Pospisil. «Es normal que esté un poco cansado porque ya es final de año. He tenido cuatro semanas muy intensas pero, ojalá siempre fuera así y siempre tuviera esta alegría por ganar tanto. Quiero acabar de la mejor forma posible», lanzaba el primer cabeza de serie del torneo.