A pocas horas de que el Open de Tenis afronte su último partido y cierre puertas seguramente no para este año sino también para los sucesivos el director ejecutivo del mismo, David Serrahima, atendió a Levante-EMV y se mostró por un lado pesimista con el futuro inmediato, pero por otro agradecido a todos los que les han apoyado, y esperanzado en «volver» en un futuro próximo.

«Muy probablemente será el último. Estamos pendientes de un par de reuniones internas y otra con la Generalitat, pero es muy probable que así sea», indicaba un Serrahima que matizaba que el día clave no era ahora, sino que «ya fue el año pasado cuando la Generalitat empezó a incumplir todos los acuerdos que teníamos. Ahora tenemos que tomar una decisión que nadie quisiera tomar». Pese a todo, Serrahima defiende los valores y lo que aporta un evento de este calibre: «No vale la frivolidad de decir que no voy a gastar tanto en un gran evento. Esto garantiza habitaciones de hotel, restaurantes... y el 90% del presupuesto acaba en proveedores valencianos». Él lamenta la pérdida sobre todo por la afición que ha vuelto a responder con cerca de un 90% de afluencia y por los jóvenes jugadores que no tendrían ya «un referente como este con el que seguir creciendo y progresando en el tenis».