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Va de cine

Los pioneros de las dos ruedas

Si usted está leyendo esto cansado en el trabajo o con un día libre sabiamente pedido con antelación tras un fin de semana frenético en Cheste, probablemente sabe qué es Prueba 1

Pero permítame que hable de esta pequeña joya del mundo de los documentales que es la película On Any Sunday (se le conoce más con este nombre, o con su versión hispana El Rally de los Campeones) que dirigieron al alimón Robert Bruce y Steve McQueen entre 1969 y 1971. La película optó al Oscar a Mejor Documental en 1972, pero finalmente no se lo llevó.

¿De qué va Prueba 1? De motociclismo, en su más pura esencia, esa de polvo, carreras en sus inicios y poco miedo. Tanto Bruce como McQueen eran auténticos fanáticos de este deporte y pasaron dos años grabando a pilotos y aficionados en un ejercicio de amor por el motociclismo que no se repite desde entonces.

En la cinta se puede incluso presenciar, como una ventana abierta hacia la España tardofranquista, la carrera de los 6 días de El Escorial, un «rally» en el que más de 300 pilotos de 16 países recorrían 1.600 kilómetros en los alrededores de esta localidad madrileña. Hay incluso una escena en la que una vecina de El Escorial sujeta a una mula con alforjas mientras las motocicletas pasan a su lado a toda velocidad.

Era un tiempo de motociclismo romántico, de ese que gusta a los verdaderos aficionados y que se deja entrever en las imágenes granuladas de un documental que ha cumplido más de 30 años y sigue siendo cita obligada para los más fanáticos.

Eran tiempos de motos llevadas de carrera a carrera en remolques, de aficionados que corrían junto a pilotos profesionales con poca vergüenza y nada de miedo.

Eran, en fin, tiempos de esos aficionados que hoy mirarían con curiosidad el espectáculo de MotoGP. Les duraría la sorpresa minutos. Pronto se verían inmersos en ese mundo de adelantamientos y adrenalina que, en lo básico, poco ha cambiado desde hace treinta años. McQueen, que murió prematuramente a la edad de cincuenta años, disfrutaría con Rossi, Márquez, Lorenzo o Pedrosa. Y, seamos sinceros, a él no le extrañaría la patada de Malasia. Eran otros tiempos, otras épocas, otras maneras de entender el deporte.

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