El título de Jorge Lorenzo en Cheste ha sido desprestigiado por un mito del motociclismo como el italiano Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1). Sin la pasión de unos aficionados «catetos» y con pocos conocimientos del mundial de motociclismo (como muy acertadamente adjetivaron en una cadena de televisión dos expilotos de la talla de Alex Crivillé y Alberto Puig), que han abucheado a unos grandes campeones en el podio del Ricardo Tormo como son tanto Jorge Lorenzo como Marc Márquez o Dani Pedrosa, y dejando a un lado intereses crematísticos que nada tienen que ver con este deporte, el nueve veces campeón del mundo italiano ha demostrado una vez más tener muy mal perder.

Sus declaraciones antes de la carrera de Malasia, en Sepang, su actitud antideportiva durante la misma, no castigada como en realidad se merecía con la exclusión de la carrera y por tanto sin sumar un solo punto „en lugar de los dieciséis que acabó llevándose„ y la «salida de tono» tras perder en la pista un título que quizás por eso no se merecía, han enturbiado y mucho la trayectoria deportiva del campeón italiano.

El mero hecho de ser Valentino Rossi no te da derecho a pensar, decir y hacer lo que te da la gana y en el circuito de Valencia se pudo ver claramente que fueron muchos los pilotos que se abrieron, algunos exageradamente (Danilo Petrucci) para dejarle pasar camino de una cuarta plaza que era y fue, como mucho, a lo que podía aspirar el italiano.

Si tanto habla de falta de deportividad de aquellos que le han truncado el acceso su décimo título mundial, qué habría que pensar de todos los que le abrieron a él la puerta para que lo intentase conseguir, incluso asegurándolo en público como lo hizo un piloto de Ducati, Andrea Iannone, que nada tiene que ver ni con Yamaha ni con los colores de sus patrocinadores, algo por lo que debieran reprenderle pero, obviamente, eso es decisión de cada cuál. Con los tiempos en la mano, en ningún momento de la carrera rodó por debajo del ritmo de sus rivales. Más bien, todo lo contrario.