La duodécima victoria consecutiva, la sexta en Europa, le valió ayer al Valencia Basket para firmar su clasificación para el Last 32 de la Eurocup. Como otras veces, no resolvió el partido hasta el último cuarto, como si la cercanía del éxito fuera mucho más poderosa que la del fracaso. Lo cierto es que La Fonteta no se sintió ganadora hasta los últimos diez minutos. Quizá por eso disfrutó más de la victoria, después de ver como su equipo jamás cayó en el desaliento. El público celebró el triunfo a lo grande al mismo tiempo que despidió a Pietrus, exjugador «taronja», con una sonora ovación en una noche de emociones iniciada con el minuto de silencio por los atentados de París.

El equipo francés resultó respondón desde el principio. Pese a su escasa renta en el grupo C „tampoco anda bien en la liga francesa„, no es un perdedor facilón. Se presentó en Valencia de tapado, sin más presión que la de confirmarse a sí mismo que sí, que algún día le llegarán las victorias.

La Fonteta se percató rápidamente de la dificultad del rival, al que no le temblaba la pelota en las manos. El primer cuarto resultó ser un retrato de lo que deparó el resto del partido: una igualdad evidente en todas las facetas del juego. Con Van Rossom al mando, el conjunto «taronja» respondió a los arreones del Nancy para mantenerse a flote, a la espera de encontrar más tarde el momento para despegar.

Con una leve ventaja (14-11) al final del primer cuarto, el Nancy subió revolucione en el segundo. El equipo francés repartió funciones con éxito, mientras el Valencia BC se valía principalmente del enérgico Van Rossom, máximo anotador hasta el descanso (12 puntos). Tras un intercambio de triples, el Nancy consiguió su mayor ventaja (24-33) ante un rival que cayó en la imprecisión durante un rato. El 30-35 al descanso ponía, la verdad, a cada equipo en su sitio.

Martínez había recurrido ya a la profundidad de su banquillo, pero le costó tiempo sacarle el rédito habitual. Un triple de Hamilton abrió el tercer cuarto y mostró las intenciones «taronjas». El grupo mejoró en defensa, en acierto y en competencia (43-41, min. 26) y el partido entró en una fase de igualdad (46-46, min.30), con Hamilton y Diot buscando la química en la cancha. Un equilibrio roto por la lacerante voz de un aficionado que, con altavoz en mano, dio la noche a los espectadores de la zona norte. Una pesadilla.

Se adivinaba un punto más de intensidad en el Valencia Basket y llegó en el último cuarto. Tres triples de Van Rossom, Rafa Martínez y Vives dispararon, de repente, al Valencia BC en el marcador (68-59, min. 37). Con el partido otra vez en apuros, otro de Shurna a falta de 1.31 dejó cerrada la victoria. Ya van doce.