Valencia Basket juega de memoria. Es una máquina ahora mismo prácticamente perfecta. Infalible y letal para el rival. Capaz de superar los malos momentos en tiempo récord y de minar la moral del equipo que juega enfrente. CAI Zaragoza afrontaba el choque con más necesidad perono importó. Los valencianos, aún sin Dublejvic y Van Rossom, apelaron a sus enormes recursos con el resto de jugadores para mantener un pleno que cada vez acecha más el récord del club. Diot, sabedor que sin Van Rossom necesita aportar más, firmó su mejor partidos hasta el momento con los «taronja», mientras que los de siempre, como Hamilton o Rafa Martínez y un motivado Stefansson sumaron al bloque.

El partido arrancó con mucho acierto por parte de los dos equipos. CAI Zaragoza arrancó fuerte con un parcial de 6-0 trabajando bien en defensa y con el orgullo herido tras sus últimos traspiés que provocaron la destitución esta semana de su técnico Ruiz Lorente. Valencia Basket con cinco triples en el primer cuarto varió la dinámica inicial del choque y tomó la iniciativa (12-15) que ya no volvería a ceder. El segundo cuarto empezó bajo los mismos parámetros. El conjunto maño encontró en Kanacevic y los triples de Fotu los puntos para igualar el partido en los primeros minutos del mismo (34-34). Una técnica a Henry propició que los valencianos pusieran tierra de por medio con una renta que por primera vez superó los diez puntos tras triple de Diot (37-48). Con el ambiente encrespado por parte de la grada hacia los árbitros los de Pedro Martínez se marcharon con una cómoda ventaja al descanso (40-50) y un porcentaje de tiro superior al 60%.

En la reanudación, la presión sobre los colegiados hizo su efecto. La primera falta señalada a los locales llegó en el minuto 27. Sin descentrar en exceso, los maños aprovecharon la coyuntura para recortar diferencias en el marcador (55-60). Pero ni por esas. Los «taronja» aguantaron bien estas embestidasy con un acertado ataque de San Emeterio, Diot o Hamilton se pegó un estirón final que dejó todo como al descanso (60-70).

El último cuarto se puso en marcha como al inicio del choque. Un parcial de 6-0 local estrechó de nuevo el cerco en el electrónico (66-70). Pintaban mal las cosas, pero Valencia Basket mantuvo la cabeza fría y la compostura que otorgan los buenos resultados para congelar las aspiraciones de los de Cargol y con un parcial de 0-11 prácticamente sentenciar el choque (66-81). Los últimos minutos escenificaron la diferencia ahora mismo entre unos y otros. CAI Zaragoza se entregó a su destino y el Valencia Basket demostró su fortaleza, dosificando además esfuerzos y minutos entre sus jugadores. Paciencia y un paso más. Lejos de euforias en Valencia Basket se mantiene la prudencia. Buena fórmula para mantener un inicio que ilusiona y enamora. No es para menos.