Si el mundo de la carrera a pie en la Comunitat Valenciana es un fenómeno ya no es un fenómeno en auge, porque más en auge no se puede estar. Es ya una forma de vivir. Por eso, tras consolidarse los conceptos tradicionales (la carrera corta, media o larga en asfalto), al «runner» le llega la vena de explorar nuevas sensaciones. Algo que también buscan los organizadores de carreras. Y así, hay pruebas que consiguen captar la atención con una oferta atractiva y una mejor estrategia de marketing. Todo ello, unido, propició que ayer fueran miles de personas, incluyendo varios cientos de niños, los que se dieran cita en Paterna para disputar la Spartan Race, una franquicia internacional con personalidad propia que llegó en esta ocasión a Valencia. Una prueba en la que los populares disfrutan de una expriencia totalmente diferente: correr en terreno irregular, terroso y pedregoso, sazonado de dificultades de todo tipo: saltar zanjas, sumergirse en contenedores de agua lodosa, saltar vallas, subir cuerdas, arrastrarse por el barro, cargar con pesos muertos... una carrera de aventura, en diferentes tandas, sin estar tan sometidas a la tiranía del chip, en la que el objetivo es llegar a la meta tras pegarse una buena paliza y, en la medida de lo posible, evitando rodar por los suelos. Un concepto diferente, divertido, pero no menos fatigoso. Con diferentes metrajes y diferentes dificultades.