Mónica Merenciano regresaba ayer del Europeo de Portugal con su familia, las maletas, su perro invidente Bolu que adoptó en 204 y que salvó así de ser sacrificado, y, sobre todo, con el billete para los Juegos Paralímpicos de Río en el bolsillo. Los numerosos puntos que ya traía consigo de la Copa del Mundo y del Mundial resultaron vitales para su objetivo, porque a esta última cita clasificatoria llegaba con muchas molestias y dolores en su hombro derecho y con una operación del pie izquierdo de la que no estaba totalmente recuperada.

Ella, pese a todo, ha viajado y ha cumplido, como hace siempre, aunque lamenta que el plan ADO no lo está haciendo como prometió. «Antes, como beneficiaria del plan ADO tenía pagado el médico deportivo, pero ya no es así. Me decían que seguiría con los mismos beneficios, pero no era verdad». La deportista, que matiza que al menos todavía cuenta con los apoyos del Proyecto FER y de la Universidad de Valencia, donde estudia fisioterapia, lamenta que desde la administración estatal no cumplan con sus promesas y pide que las becas no vayan tan solo en función de los resultados en los Mundiales, sino «que también tengan en cuenta a los deportistas que nos clasificamos para los Juegos, no es fácil conseguirlo y debería tener alguna recompensa porque exige muchos sacrificios». De hecho, ella, que este año ha dejado algo apartados sus estudios para centrarse en el judo, será la única judoca española en los Paralímpicos de Río en los que buscará su cuarta medalla. De momento, ha sumado tres bronces en Atenas, Pekín y Londres, pero tiene la espinita de no haber podido disputar una final: «En Londres es cuando lo tuve más cerca, pero no pudo ser, a ver si ahora se me da mejor», comenta. Merenciano también reivindica un trato más equitativo del deporte olímpico y paralímpico a nivel de repercusión, apoyos y en los premios por medalla, que «todavía hoy están a una gran distancia». Ella lamenta que mientras en otros países han progresado en muchos aspectos los últimos años «En España seguimos igual y así es difícil poder competir con otros países donde se invierte mucho más».