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Tribuna

Por sus tuits los cono-ceréis

No hay nada mejor que ver las cosas desde la distancia y con una mínima objetividad. El debate, o mejor dicho discusión, o incluso altercado, originado durante estos días en las redes sociales a raíz del tuit de Gerard Piqué y su mofa del Real Madrid no deja de ser una réplica del eterno debate Barcelona-Real Madrid.

Y es que sin duda la comunicación de los futbolistas cambió definitivamente con el auge de las redes sociales. Si antes había que llamar al periodista de confianza para lanzar un mensaje, ahora es tan sencillo como hacerlo al instante y con solo 140 caracteres, o en este caso con apenas 6 emojiconos.

Twitter es una herramienta muy poderosa para escribir en caliente. Aunque en este caso, ni el tuit inicial ni las declaraciones posteriores parece que se hayan hecho con la sangre en ebullición, sino más bien fruto de una venganza calculada y servida en plato frío.

Ni Piqué ni Arbeloa son dos recién llegados al deporte ni a las redes. Además, tampoco podemos decir que no cuenten con un equipo detrás, ya que incluso en el caso del salmantino, posee una agencia de marketing y comunicación con su hermano. Por tanto, lo que han querido hacer lo han hecho libremente y sabedores de sus consecuencias. Y quizás lo que buscaban eran esas consecuencias.

Otra cosa será ver dónde están los límites y si ha actuado bien Piqué al llamar a su compañero de profesión utilizando el mote despectivo con el que se mofan sus detractores. Para cualquier madridista la respuesta sería evidente, no. Pero de igual manera ¿Actúa bien Arbeloa al decir que espera ver a su compañero en el Club de la Comedia? Para los barcelonistas también es obvia la respuesta. ¿Qué hacemos entonces? ¿Nos vamos a la discusión de quién tira la primera piedra? Pensar que quien ha sido el primero ha sido el culpable principal, nos puede llevar a que dos no discuten si uno no quiere. Por tanto, un verdadero galimatías que se decanta según el lado desde el cual se mire, o según la subjetividad que queramos ejercer.

Las redes sociales son el perfecto escaparate donde el deportista puede interactuar con sus seguidores para conseguir sus objetivos tanto de comunicación, como incluso profesionales. Y sin duda los objetivos de Piqué, chocan frontalmente con los de todos los madridistas, ya se llamen Arbeloa o Granero.

Por ello, para los que vemos la situación con mayor objetividad, y sin ninguna hinchada detrás a la que satisfacer, podemos entender todas las posturas, pero si de marca personal hablamos, los futbolistas y deportistas de élite deberían ser más consecuentes con lo que transmiten a los medios y a sus aficionados, pero también a toda la sociedad. Y quizás deberían mas conscientes de la fuerza de las redes sociales, y de todo lo que podrían aportar a los jóvenes si fueran capaces de utilizarlas bien.

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