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«Javi de Massalfassar»

La barba "hipster" de la pilota

«El trinquet ha de modernizarse, cabemos todos», resalta el pelotari, finalista del Trofeu Mestres el sábado en Pelayo

Javi de Massalfassar, en una de sus últimas partidas en el trinquet de Pelayo. j.m. lópez/sd

Además de una pegada fortísima, posee la barba más famosa de los trinquets. Javier Sanso León (Massalfassar, 31 años), más conocido como «Javi de Massalfassar» es uno de los mitgers de moda del circuito profesional. Un jugador que, en plena madurez deportiva, destaca por su efectividad en los quinzes y por lucir un «estilo» muy particular. «La barba me gusta, como los coches clásicos, que son mi gran afición. Me gusta esa imagen de tipo americano, los vaqueros, la barba, el pelo afeitado por abajo. Me gusta el estilo hipster», asegura Javi.

Su barba no es más que un símbolo, una prueba de que la pilota valenciana no ha cerrado sus puertas a la modernidad, de que los nuevos tiempos también tienen sitio en l'Escala i Corda. «En el trinquet tiene que haber de todo. Hay gente más clásica, más moderna, hay gente más recatada... Eso pasa en todos los deportes. Se ha de ver que en el trinquet no sólo están los cuatro abuelos, que la gente de la pilota no es un mundo cerrado, que puede haber un hipster viendo una partida sin que nadie se quede 'flipado'. La pilota ha de modernizarse y en el trinquet cabe todo el mundo», resalta el pelotari de l'Horta Nord, quien, además, apunta que él no es una excepción. «Hay gente moderna en la pilota. Fageca, Puchol II, Soro III... llevan su barbita, visten moderno, cada uno con su estilo. Por ejemplo, a Nacho de Beniparrell le gusta mucho todo lo relacionado con las Harley Davison. En definitiva, el perfil del pelotari de ahora no es ese del joven torero que mucha gente tiene en la mente», subraya.

Por otra parte, Javi confiesa que, pese a todo, la barba no es un elemento cómodo a la hora de jugar. «Me gustaría dejármela algo más larga, pero para jugar no es cómodo del todo. No es que sea molesto, pero no es cómodo. Si no jugara y sólo me dedicara a restaurar coches antiguos sí que me la dejaría más larga, de un palmo», señala el escaleter.

Su momento más dulce

El próximo sábado 26 de diciembre, en el trinquet de Pelayo, Javi formará pareja con Soro III en la final del Trofeu Mestres. Sin duda, el de Massalfassar fue pieza clave en la victoria en la partida de semifinales disputada el pasado fin de semana. Y es que Javi, reciente campeón del Trofeu Superdeporte, atraviesa uno de esos periodos dulces en los que la pelota siempre va al sitio. «Todos los años he tenido buenos momentos. Por ejemplo, hace cinco o seis años di un salto hacia de calidad, hacia delante, y jugué nueve finales de campeonatos cortos. En 2013 gané el Bancaixa, llegué a la final de la Copa Diputació... Siempre tengo picos mejores y picos peores. Ahora estoy en el mejor momento de este año», resalta. «Es verdad que en verano igual pego un poco de bajón, pero porque esto es un no parar. Hace cuatro años que no me cojo más de una semana de vacaciones y tampoco me he lesionado. Luego, el calor lo acuso mucho y en verano es cuando peor estoy», asume.

Eso sí, lo que Javi no pierde es su violenta pegada, que hace estragos en los rivales. «Por mi envergadura, es más fácil jugar la pelota más fuerte que otro con menos peso o con menos físico. Pero también es cierto que con los años gana en técnica y en conocimiento. Con 22 o 24 años, cuando estás hecho un toro, lo que más empleas es la fuerza. Pero desde hace unos años mi juego no se basa tanto en la fuerza. Llegas a partidas en las que juegas más con el conocimiento y aprendes a reservarte o a seleccionar las pegadas potentes», concluye.

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