Ganar no es suficiente para acallar las críticas. El Real Madrid arranca el 2016 siendo el mismo campo de minas en el que cerró el 2015. La tensión, allá donde se mire, es evidente. La relación entre la afición y el técnico se ha roto; los jugadores no han llegado a creer en un Benítez que, desde el primer día, ha chocado con los líderes del vestuarios. Y desde la dirección, a pesar del discurso público de Florentino Pérez, al madrileño ya se le busca sustituto. En lo extradeportivo, los líos no se frenan. Si Benzemá se pasó una noche detenido por su posible vinculación en el chantaje sexual a Valbuena, ayer James protagonizó el primer incidente del año. El jugador, conduciendo un coche de alta cilindrada, llegó a Valdebebas perseguido por un coche de la policía que por el altavoz le daba el alto: «Deténgase a la derecha, deténgase a la derecha. ¡Le íbamos persiguiendo a 200 km/h por la M-40!», se escuchó. En el entrenamiento vespertino Sergio Ramos evidenció que, superados sus problemas musculares, está listo para jugar en Mestalla. Si se confirma hoy el regreso, Rafa Benítez podría recuperar a la pareja de centrales titulares con la que comenzó la temporada, ya que Raphael Varane ya se recuperó de su lesión producida a finales de noviembre ante el Shakthar y fue convocado ante la Real Sociedad.

Pero el Madrid, a pesar de no gozar de la salud del Atlético y Barcelona, gana. Eso sí, con algunas ayudas. Al menos así lo han denunciado sus dos últimos rivales. ¿Interesa que el Real Madrid gane la Liga? Los últimos arbitrajes ayudan, en parte, a fomentar la polémica ya que las equivocaciones a favor del Madrid así lo indican.

Jémez y Aperribay

Paco Jémez, tras la goleada por 10-2 del Madrid al Rayo —pitó un riguroso penalti y expulsó en la primera parte a Baena y Tito—, advirtió de que los arbitrajes estaban poniendo en riesgo la «credibilidad de la Liga». Jémez, además, calificó la actuación de Iglesias Villanueva de «esperpéntica y vergonzosa». La respuesta del Comité Técnico de Árbitros fue la de elevar una denuncia contra Paco Jémez ante el Comité de Competición. Una acción que no intimidó a Jokin Aperribay, presidente de la Real Sociedad, que en un gesto sin precedentes bajó al vestuario de los árbitros en el descanso del Real Madrid-Real Sociedad y desafió a los colegiados con ponerles una querella después de ver cómo su equipo había sido sancionado con dos penaltis, en su interpretación del reglamento, injustificables. ¿Tendría razón Simeone cuando el pasado 9 de junio avisaba que veía la próxima Liga» peligrosamente preparada» para el Real Madrid? De momento, las repetidas equivocaciones a favor del equipo de Rafa Benítez vuelven a dejar en entredicho la equidad de la considerada mejor liga del mundo.